El amor de Dios para nosotros, ¿es realmente incondicional? Como madre de un niño con Síndrome de Down, Rebekah Lyons habla de lo que es el amor incondicional.

Preguntas para Discusión y Reflexión Personal

  1. ¿En qué circunstancias de tu vida has visto algo como el amor incondicional?
  2. ¿Has tratado de esforzarte o desempeñarte de cierta manera para lograr ser amada o aceptada?

Cuando tenía 26 años...nació mi primogénito y cinco horas después de una cesárea de emergencia él estaba en una sala de transición para niños básicamente conectado a un tubo de alimentación y un respirador. El doctor vino a la 1am y dice, "Estamos viendo signos de síndrome de Down en tu bebé." Y yo había tomado tanto medicamento, que miré a Gabe e hicimos contacto visual y luego nos dimos la vuelta y nos volvimos a dormir. Yo no lo había cargado o visto en ese momento. Y ni siquiera sabía cómo procesar eso. De hecho tuve... un falso negativo que decía que todo estaba bien, entonces ni siquiera tuve dudas de ello desde el principio en mi embarazo. Pero al día siguiente estaba en una silla de ruedas y me llevaron a la planta baja y pude verlo por primera vez y estaba conectado a todos estos tubos y me dijeron que no tenía un defecto del corazón, lo que es extraordinario porque... alrededor del 50% de niños con síndrome de Down lo tienen. Entonces, pensé, "Bueno... tal vez tiene síndrome de Down o tal vez no." Se necesitan varios días para obtener los resultados de algo como eso. Entonces, seis días después en el cumpleaños de mi esposo, recibí una llamada y me dijeron, es positivo, y en ese momento, sentí un balde de agua helada como algunas personas podrían relacionarse, Donde simplemente piensas: La vida se ve diferente ahora. Y rápidamente nos vestimos y nos metimos en el auto y recuerdo ir de regreso al hospital — porque Cade seguía en UCIN pesó sólo cuatro libras y media al nacer y tuvo que permanecer allí hasta que ganara peso. Ese día lo cargué y me miró con unos ojos que decían, ¿Me vas a amar por quien soy? ¿O me vas a amar por lo que pueda lograr y lo que haga, y los peldaños que suba para que puedas pensar que eres una excelente mamá? Y me di cuenta que ese era el primer destello que había tenido del amor incondicional. Que —no importa lo que hagas— eres amado por quien eres. Y mientras yo crecía hice muchos esfuerzos, e hice muchas cosas para demostrar mi valía y sentirme amada y aceptada y afirmada y la vida de mi hijo simplemente sacudió. Y lo volteó de cabeza y de repente cambió la manera en la que veo al mundo; y la forma en la que veía a otras personas y, Cade tiene ahora doce años y ha sacudido nuestro mundo por completo. Tenemos otros dos niños que tienen diez y ocho años, y están creciendo, con una opinión aventajada de la vida, de que todas las personas valen mucho. ¡Es tan hermoso! Estoy tan agradecido por ello. Estoy agradecida de que él fue el primero. Estoy agradecida de que mis otros dos hijos crezcan y sean sus hermanos. Y que entiendan la compasión de una manera que me llevó años realmente conocer. Y la belleza es que Cade en la Ciudad de Nueva York está mostrando, realmente está enfrentando esto en Nueva York porque mientras caminas por las calles, las personas no quieren hacer contacto visual. La gente no quiere saludar o decir hola, pero Cade no deja que eso suceda. Él se para frente a ti y te dice, "¡Hola!" en un ascensor, "¡Hola!" Y si no le responden, él sigue. Él es implacable. Él continúa, "¡Hola!" Y finalmente ellos responden, "¡Hola!" Es sólo crear esta... conciencia de que estas vidas son importantes. Y aportan algo a este mundo que necesitamos desesperadamente. Y estoy agradecida de haber tenido un modelo de amor, y Jesús para mí es como alguien que quiere conocernos en donde quiera que estemos — nos encuentra donde estamos con nuestros remordimientos, sin juzgarnos, con este abrazo de amor. Y de pronto cuando sentimos eso, queremos responderle. Queremos ser libres con eso.