El Jesús Histórico

El Jesús Histórico

Además de la Biblia, ¿qué nos dicen otros documentos históricos acerca de Jesús?

El pasado realmente sucedió pero la historia es sólo lo que alguien escribió.A. Whitney Brown

La mayor parte de lo que sabemos sobre Jesús proviene de escritos cristianos. Esto no debería sorprender, dado que fueron los cristianos los más interesados en contar su historia y preservar su memoria. ¿Pero cómo se comparan estos escritos cristianos con lo que otros historiadores decían sobre Jesús en la época?

Los eruditos se han involucrado en lo que llaman "la búsqueda del Jesús histórico" desde fines de los años 1700. Sin embargo muchos de nosotros queremos saber si hay una evidencia histórica creíble que corrobore lo que la Biblia dice acerca de Jesús.

Entonces, ¿cómo cuadra el Cristo de la fe cristiana con el Jesús de la historia?

Reportes Romanos y Judíos

Los escritos clásicos romanos contienen varias referencias a Cristo y el movimiento que empezó.

Alrededor del año 112 DC, Plinio El Joven escribió al Emperador Trajano, detallando cómo estaba desarrollando los juicios contra aquellos acusados de ser cristianos.1 Había llegado a comprender que los verdaderos creyentes no podían ser obligados a renegar de Cristo y a adorar a los dioses romanos. Se reunían en un día establecido antes del amanecer y cantaban himnos a Cristo como si fuera Dios.

Pocos años después, otro historiador, Suetonio, escribió que el Emperador Claudio había expulsado judíos de Roma por disturbios instigados por Chrestus.2 La mayoría de los historiadores piensa que “Chrestus” es un error ortográfico de “Christus” (la palabra latina para “Cristo”). La mayoría también concuerda en que Suetonio alude a enfrentamientos dentro de la comunidad judía provocados cuando los cristianos judíos predicaban la fe cristiana en Roma.

El relato de Suetonio indica que por el período del Emperador Claudio (41–54 DC), menos de dos décadas después de la crucifixión de Jesús, había suficientes cristianos en Roma para provocar disturbios graves como para ameritar la expulsión de todos los judíos de Roma.

Una de las referencias históricas más importantes de la crucifixión de Jesús proviene de Tácito. En Annals 15.44, el historiador relata cómo Nerón culpó a los odiados “Chrestians” (de nuevo, cristianos escrito con falta de ortografía) por el incendio que devastó Roma en el año 64 DC. El grupo, dice, fue fundado por uno llamado “Cristo” que había sido ejecutado durante el imperio de Tiberio por el prefecto (gobernador) Poncio Pilato. Los describió como un grupo suprimido y a su fe como una superstición mortal que se originó en Judea y se extendió a Roma.

Alrededor del año 175 DC, Celso escribió un ataque sostenido a los cristianos y a su fundador en El Discurso Verdadero. Aunque su texto original ya no existe, mucho de lo que escribió está incluido en la respuesta de Orígenes, Contra Celso (c. 250 DC). Celso se burló de la creencia cristiana en el nacimiento virginal y contraatacó diciendo que Jesús era el hijo ilegítimo de una mujer judía pobre llamada María. Afirmó que el esposo de María se divorció de ella y que ella habría cometido adulterio al tener relaciones sexuales con un soldado llamado Pantera.3

De la misma acusación hacen eco fuentes judías posteriores y pueden contener el tipo típico de broma de rabinos en la palabra griega para “virgen”.4 Es decir, que Jesús no nació de una virgen (Griego: parthenos), sino que fue el hijo ilegítimo producto del adulterio de María con Panthera. Otro cargo atribuido por Celso y del que reflexionan escritos judíos posteriores que Jesús aprendió artes mágicas, realizó actos poderosos y que se atribuyó a sí mismo el título de “Dios”.5

Uno de los testigos extrabíblicos del Jesús de la historia lo encontramos en Josefo, un historiador judío. Cabe señalar que el texto específico donde el historiador discute sobre Jesús se considera sospechoso; los escritos de Josefo fueron preservados por cristianos que pudieron haber cristianizado levemente su testimonio.6

Pero incluso después de extraer los elementos netamente cristianos, Josefo todavía tiene muchas cosas que decir acerca de Jesús. Sitúa a Jesús en la época correcta y lo describe como un hombre sabio, un maestro y un hacedor de milagros. Indicó:

  1. Jesús logró convertir a judíos y griegos,
  2. Pilato condenó a Jesús a la crucifixión tras consultar a importantes autoridades judías,
  3. Sus discípulos se mantuvieron fieles a él después de su muerte y
  4. La gente conocida como cristianos había adoptado su nombre a partir de él.7

Todos Juntos Ahora

Al abordarlos en conjunto, estos testigos extrabíblicos nos dicen algunas cosas importantes acerca del Jesús histórico. Esta información coincide con lo que dice el Nuevo Testamento:

  • Jesús fundó un movimiento entre los judíos en Judea.
  • Su madre fue María.
  • Realizó hazañas portentosas.
  • Era un hombre sabio y un maestro reconocido.
  • Jesús logró conversos tanto en judíos como en paganos.
  • Fue crucificado en una cruz romana por Poncio Pilato durante el imperio de Tiberio después de que líderes religiosos judíos hicieran acusaciones en contra suya.
  • Fomentó la confianza entre sus seguidores, quienes se mantuvieron fieles a él incluso después de su muerte.

Más aún, lo que dicen estos reportes sobre Jesús no se puede aislar de lo que dicen acerca del movimiento que inició:

  • Los verdaderos cristianos se identificaban por su práctica religiosa; no renegarían de Cristo ni adorarían a otros dioses.
  • Se reunían en un día establecido y cantaban himnos a Cristo como si fuera un Dios.
  • Eran parte de un movimiento nombrado a partir de Cristo que se difundió rápidamente de Judea a Roma, y hubo enfrentamientos con judíos cuando sus seguidores proclamaron su fe cristiana.
  • Ellos creían que Jesús había nacido de una virgen.
  • Ellos fueron suprimidos y perseguidos, pero se mantuvieron fieles.

En su conjunto, estos testigos corroboran parte de lo que dice el Nuevo Testamento sobre Jesús y el movimiento cristiano, aunque el Nuevo Testamento presenta más de lo que Jesús dijo e hizo.

Unidad A Pesar de las Preferencias

Sin embargo, vamos a considerar estas fuentes romanas y judías. No son recuentos objetivos, imparciales sobre Jesús y el movimiento que él fundó. Fueron escritos por oponentes y críticos del cristianismo.

Salvo Josefo—que parece mantener una actitud más abierta—las fuentes judías miran a Jesús como un falso mesías y al cristianismo como una herejía que hay que aplacar. Los historiadores romanos consideran a Cristo como el fundador de una superstición peligrosa y un mal terrible que ha infiltrado a la sociedad.

Y sin embargo, notablemente estas fuentes parciales contrarias al cristianismo a menudo coinciden con lo que las fuentes parciales a favor del cristianismo tienen que decir sobre algunos de los detalles cruciales de la vida y muerte de Jesús.

Si somos honestos, debemos reconocer que la objetividad es un mito; 8 todas las fuentes son parciales.9 Nadie escribe ni habla de historia de una perspectiva neutra en absoluto. Sin embargo, solo porque una fuente está inclinada en un sentido u otro no significa que su testimonio no es confiable.

De hecho, a medida que la evidencia se absorbe y ordena, cada vez más y más gente reconoce que los primeros textos cristianos—escritos desde una perspectiva cristiana no apologética—son fuentes valiosas para reconstruir la historia de Jesús. Para identificar al Jesús histórico, hay que estar dispuesto a examinar la evidencia de cada lado de manera racional y coherente, sin importar la fuente.

  1. Plinio El Joven, Letters, 10.96.
  2. Suetonio, Lives of the Caesars, 25.4.
  3. Orígenes, Contra Celso, 1.28–32. Ver Robert E. Van Voorst, “Sources, Extra-New Testamental,” 602–605, en The Routledge Encyclopedia of the Historical Jesus, ed. Craig A. Evans (Londres: Routledge, 2008).
  4. b. Sabb 104b.
  5. b. Sanh 43a. El Talmud señala que Yeshu (Jesús) fue colgado en la víspera de Pascua y acusado de practicar magia y tratar de alejar al pueblo de Israel del único Dios verdadero. Estos son cargos judíos que tradicionalmente se consideraba correcto castigar con lapidación, no ahorcamiento.
  6. Josefo, Antiquities of the Jews, 18.3.3.
  7. Para un útil estudio de otra evidencia, ver Robert van Voorst, Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2000).
  8. Ver Richard F. Taflinger, The Myth of Objectivity in Journalism: A Commentary, 29 de mayo de 1996, accedido el 25 de enero de 2013, public.wsu.edu/~taflinge/mythobj.html.
  9. Hasta que se pueda programar computadoras para que ordenen los hechos y escriban una historia con distancia y sin prejuicio, los seres humanos—con todas sus preguntas, suposiciones, limitaciones y "asuntos"—seguirán batallando en el pasado y la relatarán desde sus propias perspectivas subjetivas. Por supuesto, esto nunca podrá concretarse porque serían seres humanos quienes escribirían el código e ingresarían los datos. Mientras haya seres humanos involucrados en el proceso de cualquier manera, la verdadera objetividad nunca se alcanzará.
  10. Crédito de Foto: Shelly Perry / Stocksy.com.