Los cristianos son conocidos por ser hipócritas. ¿Por qué pasa eso?
Un estudio reciente reveló que entre las distintas apreciaciones sobre los cristianos, la tercera más común es que son hipócritas.1 El ochenta y cinco por ciento de los encuestados entre las edades de dieciséis y veintinueve años expresó esta reacción hacia los cristianos.2
Exploremos esta apreciación. En primer lugar, ¿qué es un hipócrita? Dicho simplemente, es una persona que dice una cosa pero hace otra. Merriam-Webster define a un hipócrita como "una persona que adopta una falsa apariencia de virtud o religión" o "actúa en contradicción con sus creencias establecidas”.3
Entonces, ¿por qué los cristianos en particular son vistos como tan hipócritas?
Cristianismo Básico
Para empezar, hay que entender un poco de qué se trata el cristianismo. Por razones de espacio, una descripción demasiado simplista es la siguiente: el cristianismo es el cumplimiento del plan de Dios para restaurar un mundo destrozado a través de la persona de Jesús. Dos claves para el cristianismo incluyen la creencia de que 1) el mundo se ha roto, y 2) Dios está en el proceso de restaurar el mundo.
Los cristianos creen que no mucho tiempo después de su creación, el mundo empezó a andar mal. Cuando los seres humanos elegimos nuestro propio camino en lugar del de Dios (seguramente recuerda la historia de Adán y Eva) obtuvimos lo que queríamos. Pero en el proceso también nos separamos de nuestro creador.
Según la visión cristiana, sin demora, Dios comenzó a instituir su plan para restaurar nuestra relación con él. Como parte del plan, eligió a un pueblo específico, los israelitas; constituyó una nación para ellos, e hizo que su presencia fuera manifiestamente conocida en el mundo. A través de los éxitos y fracasos de este "pueblo elegido", Dios preparó al mundo para recibir a su hijo, Jesús, que habría de redimir al mundo y a la humanidad para siempre.
La Hipocresía no Discrimina
Tal vez la comprensión más importante que podemos alcanzar es que la hipocresía es omnipresente. Es decir, la hipocresía no se limita a una religión, raza, sexo o grupo étnico. Ciertamente, incluso la nación de Israel, el pueblo elegido de Dios, demuestra incoherencias entre las creencias y el estilo de vida.4
La mayoría de nosotros puede resaltar un sinnúmero de ejemplos de incoherencias similares en la actualidad: el líder comunista que vive como un rey mientras el pueblo hace cola por una barra de pan, el vegetariano que se desliza silenciosamente en una tienda de hamburguesas para una indulgencia secreta, el político que dice tener principios pero cambia su política después de leer las encuestas. La lista es interminable.
Así que, ¿sería de extrañar que los cristianos pudieran ser víctimas de la misma transgresión? Son personas, después de todo, personas defectuosas. Incluso pecadoras.
De hecho, el apóstol Pablo, uno de los antiguos cronistas cristianos más venerados, admitió: “Porque lo que hago no lo entiendo; ni lo que quiero, hago; antes lo que aborrezco, eso hago”.5
Apostaría a que todos podemos identificarnos con eso. La verdad es que todos somos así, ¿no es cierto? Todos queremos vivir de una forma diferente de lo que lo hacemos.
Nos gustaría ser más amables, más honestos, más desinteresados, más generosos. Nos gustaría estar más preocupados por los menos afortunados que nosotros. Queremos vivir en consonancia con las cosas que creemos que son verdaderas, nobles, justas, puras y hermosas.6 Este es un deseo casi universal.
La Búsqueda de la Perfección
Además de esto, los cristianos están llamados en realidad a la perfección. Mateo 5:48 dice claramente: "Sed pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.7 Toda una tarea de enormes proporciones, ¿no les parece?8
De hecho, la perfección es un ideal que nadie puede alcanzar en esta vida. Todos lo sabemos, si vamos a ser honestos. Lo único que se puede hacer es esforzarse por trabajar activamente hacia la perfección. Aquí es donde entra en juego la humildad.
El problema surge cuando queremos aparentar que somos mejores de lo que realmente somos. Actuamos en forma amable, pero en realidad traicionamos y manipulamos. Queremos que la gente piense que somos sinceros, pero en realidad somos bastante mentirosos. La mayoría de la gente diría que tú eres una buena persona, pero los esqueletos en tu armario podrían cambiar de opinión.
Cuando el orgullo de los cristianos no les permite admitir que no pueden alcanzar la perfección, sino que simplemente están en el proceso de tratar de alcanzarla (que, de hecho, luchan con el pecado), la hipocresía entra en la ecuación.
La Ironía de la Hipocresía
Pero aquí está el giro irónico de la historia. El hecho de que los cristianos, o todas las personas en realidad, sean hipócritas, es la razón exacta por la que existe el cristianismo: todos necesitamos un salvador. Todos somos deficientes y estamos rotos, nos guste admitirlo o no. La Biblia dice: "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.9 Y Jesús vino a arreglar un mundo roto.
Apostaría a que la mayoría de las personas reconocerían que tienen mucho camino por recorrer para alcanzar la perfección. Pero esta declaración continúa diciendo: "Todos son justificados gratuitamente por la gracia [de Dios], mediante la redención que es en Cristo Jesús”.10 En otras palabras, a través de Jesús, todos podemos ser redimidos y restaurados.
Hasta Entonces
Si la historia del cristianismo es verdadera, entonces un día, no habrá más quebranto ni hipocresía. Pero hasta entonces, ¿los cristianos continuarán pecando? Ciertamente. (Sin embargo, es de esperar que lo hagan cada vez menos a medida que crecen y son restaurados para ser las personas que Dios quiere que sean).
¿Continuarán los cristianos siendo hipócritas? Desafortunadamente, algunos sí. Pero en aquellos que humildemente reconocen su pecado ante sí mismos, Dios y el mundo, no hay lugar para la hipocresía; solo la desesperada necesidad de un salvador.