¿Qué es el sabbat? ¿Acaso celebramos el sabbat sólo por asistir a la iglesia?
“Si ustedes me aman,” Jesús dijo a sus discípulos, “obedecerán mis mandamientos.”1 La conexión es inevitable: obedecer la palabra de Dios es una de las formas más importantes en las que amamos a Dios.
Pero seamos realistas: la Biblia está llena de una gran variedad de directivas. La Ley Mosaica por sí sola contiene 613 preceptos.2 ¿Cómo están los cristianos hoy para dar sentido a cada uno de ellos? ¿Cuáles instrucciones del Antiguo Testamento estamos llamados a obedecer aún —y de qué manera?
Si las leyes del Antiguo Testamento siguen vigentes, muchos cristianos razonan, seguramente los Diez Mandamientos también. Después de todo, ellos encapsulan el corazón moral de las Escrituras Hebreas. Pero, ¿qué pasa con el cuarto —y más largo— mandamiento de recordar el día de reposo para santificarlo?
¿Qué es el sabbat o día de reposo? ¿Cómo “observa un cristiano el sabbat” en la actualidad?
Principios de Sabbat
En Éxodo 20 leemos:
Acuérdate del sábado, para consagrarlo. Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo.3
Al igual que Dios descansó después de su “semana laboral” de seis días [después] de haber creado el mundo, igual su gente debe descansar después de sus semanas de trabajo. En esencia, este precepto fue diseñado para recordar a los israelitas semanalmente que ellos no eran Dios. Descansar el séptimo día era una manera de reconocer públicamente el poder absoluto de Dios.
Absteniéndose de los intentos de controlar sus propias vidas, los israelitas fueron admitiendo sus propias debilidades y reconociendo su dependencia de Dios. “El reposo de Dios simboliza su control sobre el cosmos,” explica un teólogo, “el cual su gente reconoce cuando ceden a él el día que pudieron haber usado para proveer para sí mismos.”4
A lo largo del resto del Antiguo Testamento, observar el sabbat seguía siendo una marca integral de la fidelidad de Israel a Dios —o falta de ella. Sin embargo, al llegar al día de Jesús, muchos judíos vivían bajo una colección casi insoportablemente compleja de regulaciones del sabbat.5
Es obvio que ha ocurrido mucho en los 3,500 años desde la primera vez que Dios entregó esta directiva del sabbat. Más significativamente, de acuerdo con la creencia cristiana, él vino a la tierra en la persona de Jesucristo. Durante su tiempo en la tierra, él vivió una vida perfecta, murió una muerte redentora y resucitó para el lanzamiento de una nueva era. No hace falta decir que la situación ha cambiado drásticamente desde que los israelitas se juntaron en el Monte Sinaí, con el recuerdo de su esclavitud en Egipto persistiendo en sus memorias, mientras que Moisés recibía los Diez Mandamientos.
Una Nueva Era
“No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento,” declaró Jesús a los israelitas.6
Dada esta notable afirmación, no es de sorprender que Jesús se presenta él mismo como el dador del descanso definitivo:“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana. . . . Sepan que el Hijo del hombre es Señor del sábado.”7
Declarando ser el Señor del sabbat, Jesús afirma que su autoridad divina y derecho implica que la Ley de previsión ha quedado desmantelada finalmente.8 El andamiaje de la Ley se puede quitar, ya que la sustancia ha llegado. El comando del sabbat, entonces, no necesita abolición, sino reinterpretación. Como lo resalta el teólogo Thomas Schreiner, “Parece que Jesús deliberadamente curó a personas el día de reposo (entonces prohibido por la ley) con el fin de ‘demostrar su superioridad’ y ‘sugerir que [el sabbat] no está en vigor para siempre.’”9
Tres Pasajes Importantes de la Biblia
Aunque el sabbat se comenta en otras partes de la Biblia, los siguientes tres pasos desempeñan un papel crucial en la comprensión cristiana del concepto.
1. Colosenses 2
En su carta a los Colosenses, Pablo escribe, “Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo.”10
Esta es una declaración sorprendente. Explícitamente se nos dijo que el sabbat pertenecía a la era de las sombras —esencialmente una época que sólo dio una idea de lo que desde entonces ha dado paso al glorioso cumplimiento. De hecho, el término que Pablo utiliza para “la sombra” (skia) es el mismo que el autor de Hebreos utiliza para explicar que los sacrificios del Antiguo Testamento son anticuados: “La ley es sólo una sombra de los bienes venideros, y no la presencia misma de estas realidades.”11
Tanto el sábado como los sacrificios eran en última instancia skia diseñado para anticipar al Mesías —el ungido de Dios que vendría a salvar al mundo.
2. Romanos 14
Pablo también exhorta a los cristianos en Roma a no entrar en discusiones.12 Escribe, “Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones.”13
Una vez más, esta es una declaración impresionante de Pablo. Imagina cómo le habría sonado a un judío recientemente convertido que ha mantenido el cuarto mandamiento cada semana de su vida. Cualquier mención de un “día sagrado” inmediatamente habría generado pensamientos del sabbat.
Schreiner observa, “Muy ciertamente, [Pablo] piensa en el sabbat aquí, pero él cree que se trata de un asunto de inconsecuencias. La actitud de Pablo de indiferencia en relación con el sabbat indica que ya no es normativo. Ha nacido una nueva era en la cual el pacto Mosaico ha fallecido.14
Imagínate que entras a una iglesia y encuentras una mesa con unos folletos que promueven una campaña de recaudación de fondos para la construcción de un nuevo edificio. Al lado de los folletos puedes ver una detallada maqueta de la futura propiedad. Eso tiene sentido. Pero imagina ahora que regresas a la iglesia —ahora en la nueva ubicación— dos años más tarde y encuentras esa misma maqueta en el vestíbulo. Sería extraño, ¿verdad? La estructura sirvió su propósito; ¿por qué entonces habrían de seguir mostrándola? Es sólo una sombra de lo que ya ha llegado a buen término.
La ley del Antiguo Testamento en relación con el sabbat es un poco como esa maqueta. El cumplimiento ha llegado, dice Pablo, y su nombre es Jesús. Para más información sobre ese concepto, veamos el siguiente pasaje.
3. Hebreos 3–4
En los capítulos 3 y 4 del libro de Hebreos, leemos del descanso eterno de que Jesús ha ganado para aquellos unidos a él por la fe. El autor concluye su argumento: “Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.”15
El sabbat semanal había estado apuntando siempre más allá de sí mismo a un sabbat eterno. Entonces, ¿cómo hace el pueblo de Dios ahora —en la era del cumplimiento— para obedecer el cuarto mandamiento? En última instancia lo hacemos al descansar en el trabajo terminado de Jesús.
Relevancia para Hoy
Muchos cristianos asumen que están observando el sabbat cuando asisten a la iglesia y disfrutan de un domingo de descanso. Mientras que pertenecer a una iglesia es importante para un creyente, observar el sabbat en la iglesia no está bien.16
El domingo no es el “sabbat cristiano” sino el día del Señor.17 Los cristianos se reúnen para adorar en el primer día de la semana porque es el día en que Jesucristo resucitó de entre los muertos.18
Aunque ya no estamos bajo la ley del sabbat como los creyentes del Antiguo Testamento, sí creo que es de vital importancia para los creyentes honrar el principio del sabbat que Dios ha incorporado en su creación —e incluso que él mismo ha modelado— desde el principio.19 Este patrón de descansos regulares debería ser tejido acorde al ritmo de nuestras vidas. Entre otras cosas, es una declaración para otros y un recordatorio a nosotros mismos de que somos pequeños. Somos frágiles. Somos dependientes. No somos Dios. No es de extrañar que la persistente falta de descanso generalmente revela nuestro orgullo y conduce al agotamiento.El precepto de “recordar del día sabbat guardándolo santo” tiene una importancia rica a través de la línea argumental desplegada de las Escrituras. Si bien es prudente proseguir deliberados períodos de descanso en Dios, el comando en sí mismo ya no una a los creyentes porque ha llegado el nuevo pacto en Jesús. La mejor manera en que “observamos el sabbat” en la actualidad, entonces, es adoptando su cumplimiento —El que ofrece descanso eterno a quien confía en él.