¿Son la fe y la ciencia mutuamente excluyentes? Encuentra aquí la respuesta.
El biólogo Richard Dawkins ha dedicado su vida a la ciencia y a difundir su convicción de que la ciencia hace a la fe irrelevante. La suposición general que impulsa Dawkins, y a otros como él, es que la ciencia y la fe son fundamentalmente opuestas entre sí. La ciencia se ocupa de la verdad pública y objetiva, la fe trata de las creencias personales y subjetivas.
Sin embargo, un examen de ambas definiciones demuestra que Dawkins puede estar equivocado.
¿Qué Es la Ciencia?
La ciencia es más difícil de definir de lo que podríamos pensar. Simplemente no hay una definición única acordada de la ciencia o método científico.
En general, la ciencia se considera una forma de conocer e investigar el mundo natural que en gran parte tiene que ver con lo que es observable y repetible. Por ejemplo, la gran mayoría de los departamentos estatales de educación en Estados Unidos definen la ciencia como el proceso que “investiga el mundo natural a través del uso de la observación, experimentación y argumentación lógica”.1
La Redefinición de la Fe
Los críticos de la fe, en general, consideran que esta únicamente se ocupa de la creencia personal y subjetiva. La fe puede ser “verdadera para ti, pero no para mí”, como dice el refrán. Y puesto que la ciencia ha cubierto el mundo natural, la fe y la religión tienen que lidiar con algo completamente diferente, algo que no puede ser verificado por “la observación, la experimentación y el razonamiento lógico”.2
Dawkins define en otro lugar la fe como “la creencia que no se basa en evidencia”.3 Esto se contrasta entonces con la ciencia, que trata exclusivamente del mundo natural observable, evidencias que cualquiera puede comprobar.
Dicho así, ¿quién no preferiría la ciencia sobre la fe? Sé que yo lo haría. Después de todo, hay una prueba auténtica de la ciencia, pero la fe es creencia ciega sin pruebas, o peor aún, la creencia va en contra de la evidencia.
Fe en la Biblia
Gran parte del supuesto conflicto entre ciencia y religión surge de un malentendido básico de la fe. La imagen bíblica de la fe no tiene nada que ver con la definición de Dawkins. De hecho, es exactamente lo contrario.
En términos bíblicos, la fe significa simplemente “confianza” o “creencia”.4 Tener fe en Dios significa confiar en Dios. ¿Por qué? Porque ha dado pruebas que demuestran que es digno de recibir esa confianza.
El Apóstol Juan explica que escribió su Evangelio (también conocido como el libro de Juan) para “que creáis”.5 Es decir, Juan hizo un registro de palabras y los hechos de Jesús para que otros pudieran examinarlos y elegir si desean o no creer en Jesús. Juan no pide creer a ciegas, sino una elección basada en un examen de la evidencia de Jesús.
Del mismo modo, mientras se discute la resurrección de Jesús de entre los muertos, el escritor bíblico Pablo no dice, “¡Solo crean!” En 1 Corintios 15:06 él indica que la fe cristiana depende en el hecho de que Jesús se levantó de entre los muertos y se apareció ante más de 500 personas, la mayoría de las cuales todavía vivían en el momento en que Pablo escribía. Él anima a sus lectores a comprobar la evidencia, a preguntar a los testigos que en realidad vieron y hablaron con Jesús.
Hay una serie de ejemplos similares.6 Dios no pide fe ciega; pide a los hombres y mujeres examinar las pruebas y tomar una decisión informada. La fe no es una creencia sin pruebas. Es confiar en un Dios que ha demostrado ser digno de confianza.
Origen de la Ciencia en la Fe
Además, la ciencia y la fe, no son enemigos, sino como se ve, el nacimiento de la ciencia moderna ha sido posible gracias a la fe cristiana. La ciencia moderna surgió en áreas directamente bajo la influencia del cristianismo.
El sociólogo Rodney Stark escribe, “Los supuestos teológicos únicos al cristianismo explican por qué la ciencia solo nació en la Europa cristiana. Contrariamente a la creencia popular, religión y ciencia no sólo eran compatibles, eran inseparables”.7
La ciencia moderna depende de algunos supuestos básicos derivados de la cristiandad:
- Creencia en la racionalidad del universo. Los científicos creían que el universo era ordenado y uniforme, ya que fue creado por un Dios que era racional y ordenado.
- La creencia de que la humanidad fue creada a imagen de Dios. Puesto que Dios es racional, el hombre es racional y capaz de razonar. Puesto que el hombre existe en un universo ordenado, es capaz de confiar en sus sentidos, emplear su razón y entender el mundo.
La ciencia comienza con la convicción de que el universo es cognoscible, ordenado, que se puede confiar en las percepciones sensoriales y que la razón y la racionalidad se corresponden con la realidad.
La Verdadera Pregunta
Según su propia definición general, la ciencia no puede responder a las más grandes y nebulosas interrogantes con las que todos luchamos: ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es el significado de la vida? ¿Cuál es mi propósito?
La ciencia no puede responder a estas preguntas fundamentales y críticas. Las respuestas a estas interrogantes más profundas y permanentes se encuentran con mayor frecuencia a través de la fe y la religión.
Bien entendido, la ciencia no se opone a la fe; no es una o la otra. Ambas son fuentes legítimas de verdad y conocimiento. La ciencia necesita de la fe y la fe de la ciencia.
La pregunta importante no es lo que ustedes creen personalmente. La verdadera pregunta es: ¿Qué visión del mundo es la más razonable y tiene la mayor evidencia para sustentarla?