Conectándonos con Dios

¿Te sientes desconectado de Dios? Jennie Allen examina las barreras que nos impiden conectarnos con Dios.

Preguntas para Discusión y Reflexión Personal

  1. ¿Alguna vez sientes que "conectarte con Dios" es sólo otra cosa por cumplir en tu lista?
  2. ¿Acaso hay barreras en tu vida — como la culpa o la vergüenza — que sientas que debes "solucionar" antes de que puedas acercarte a Dios?

En alguna parte de mi vida, me enteré que se supone que como cristiano debes tener un tiempo de calma todos los días. Y yo nunca he sido muy buena en eso. Entonces, por mucho tiempo tuve un diario y yo... escribiría en él y cada página era de una semana más tarde, un mes después, y cada página decía esto: Yo sé que estás decepcionado de que te he descuidado, que te he hecho a un lado, porque no estoy escribiendo. Y miro hacia atrás en ese tiempo, en mis años veinte y pienso: ¡Que desperdicio! Estoy sentada para estar con el Dios del universo y estoy sentada allí, preocupada de... cuando fue la última vez que escribí ahí. Es decir, esto es una locura, él me adora y yo estoy sentada frente a él, y en lo único que puedo pensar es en la vergüenza y la culpa de no haber estado ahí por unos días, o meses o años. Así que creo que tiene que cambiar, que nuestro Dios nos quiere, él nos quiere desesperadamente. Pero esto no es dar el visto bueno. Esto no se trata de: "Si pasas tanto tiempo con él, entonces estás en su buena lista." Nuestro Dios nos está buscando, y si volteamos y lo vemos y lo queremos, no hay vergüenza; no tenemos que recuperarnos de algo. Él está ahí, y está tan emocionado. Y él nos quiere. Él quiere que nosotros simplemente lo queramos a él. Y yo creo que a menudo nos perdemos a Dios porque nos sentimos llenos de vergüenza, llenos de culpabilidad o llenos de remordimiento. Y él es...dice, "¡No! Yo ya me encargué de eso. Ya me ocupé de la vergüenza y la culpa y el remordimiento. Sólo regresa a mí. Estoy aquí." Y por eso creo que la libertad para volver a Dios cada vez que... cada vez que queramos, no tenemos que ganarnos nuestro camino de regreso. Sólo tenemos que estar allí porque está esperando por nosotros.