Idea Central: Seguir a Jesús no es fácil ni siempre se siente "seguro", pero es la aventura más significativa de nuestras vidas. Seguir a Jesús significa vivir plenamente.

Mensaje para hoy:

Si alguna vez has estado en una montaña rusa, probablemente recuerdes la emoción del viaje, la mezcla de miedo y anticipación al enfrentar lo desconocido, y la confianza completa que debes depositar en el arnés de seguridad mientras dura el recorrido. Si no has experimentado esto personalmente, te sugiero ver un video desde el primer asiento y abrocharte el cinturón.

Especialmente la primera vez que montas en una montaña rusa, no tienes idea de lo que te espera. Sin embargo, has planeado el viaje, compraste el boleto, estás comprometido con la aventura. Es soltar el control, expandirte a ti mismo y a tu experiencia del mundo a través de este pequeño acto.

Seguir a Jesús implica todas esas emociones y más, pero a una escala mucho mayor. Es emoción y aventura. Significa riesgo y confianza. Involucra grandes subidas y bajadas vertiginosas. Es el mejor aprendizaje experiencial que puedes tener como ser humano, desafiándote a vivir, amar y enfrentar la vida y la muerte sin miedo.

Jesús diseñó la montaña rusa y la recorrió antes que nosotros. Él es nuestro arnés de seguridad y la recompensa al final del recorrido. Seguir a Jesús significa vivir verdaderamente.

Considera esto:
¿La idea de montar en una montaña rusa te asusta o te emociona? ¿Por qué?
¿Qué necesitas para confiar en otra persona (o en un emocionante paseo) y renunciar al control?

Toma acción:
Si tienes temor de perder el control y subirte a esta "montaña rusa", experimenta el viaje a través de los ojos de otra persona. Lee el libro de los Hechos para conocer las experiencias de los discípulos después de la ascensión de Jesús. También consulta los evangelios del Nuevo Testamento (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) para comprender las bases de las acciones de los discípulos narradas en Hechos. 

¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?

Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.