¿Qué debemos hacer cuando la Navidad no se siente como un tiempo de alegría, amor y paz?
De acuerdo con los cristianos, un acontecimiento simple pero milagroso ocurrió en la ciudad de Belén y es lo que hoy se conoce como la Navidad. Un Dios amoroso con un plan de salvación entró en el mundo a través del nacimiento de un hijo, Jesús.1 Hoy en día, los cristianos creen que una relación con Jesús—quien vivió una vida perfecta, murió por nuestros pecados y resucitó de la tumba—garantiza nuestra salvación de las consecuencias eternas del pecado y la muerte.2
La Navidad celebra el nacimiento de este salvador y el comienzo del plan de Dios para salvar a la humanidad. Pero lamentablemente, lo que se promociona como la época más hermosa del año, para muchos de nosotros es el momento más temido del año. En vez de alegría, amor y paz, la experiencia de la Navidad está llena de soledad, depresión y ansiedad. Probablemente esto te suceda a ti.3
Soledad
Los cristianos creen que fuimos creados con una necesidad de intimidad en nuestras relaciones y por un Dios que desea tener una relación con nosotros. De hecho, según el relato bíblico de la creación del mundo, Dios señaló desde el principio que no es bueno para la humanidad estar sola.4
Aunque el mundo ahora contiene más de 7 billones de personas, en realidad es bastante fácil volverse—o al menos sentirse—aislados. Muchos de nosotros vivimos en un mundo acelerado y altamente móvil. No es extraño estar geográficamente separados de la familia y los amigos. Claro, puedes estar diariamente rodeado de gente en el trabajo, pero esas relaciones a menudo carecen de intimidad—de una conexión estrecha, profunda y significativa.
Por supuesto, la distancia geográfica no es la única razón para el aislamiento. Un conflicto en las relaciones puede ser culpable también. En ocasiones, algunos seres queridos pueden estar geográficamente cerca, pero emocionalmente distantes debido a conflictos no resueltos.
Sin importar la causa, la soledad puede ser un sentimiento poderoso y destructivo.
Depresión
Sentir soledad durante un tiempo en el que se acentúa la unidad puede conducir fácilmente a la depresión. Sentirse aislado de otros puede pesarnos y, desafortunadamente, puede allanar el camino para sentir desesperación y tristeza.
Por otro lado, la presión de juntarse físicamente con las personas durante las festividades—incluso si no estamos preparados emocionalmente para hacerlo—puede tener el mismo efecto. Sabes que esto está sucediendo cuando experimentas esa sensación de temor de estar juntos. Este temor a menudo da pie a la culpabilidad y a la depresión por nuestra propia falta de entusiasmo sobre estar con algunos miembros de la familia o amigos.
Las fiestas también pueden provocar sentimientos de dolor asociados con la pérdida de alguna relación, como una muerte o alguna capacidad disminuida debido a una enfermedad. Las tradiciones navideñas simplemente no se sienten de la misma manera. Podemos sentirnos culpables, como si estuviéramos deshonrando al familiar o al amigo ausente por celebrar la Navidad sin ellos. Se requiere de tiempo, sensibilidad y paciencia para permitir la aflicción y el ajuste. Podemos demostrar empatía hacia otros al comprender la necesidad de una persona de sentirse afligida.
Para algunos el ajuste post-vacacional es el que desencadena la soledad y la depresión. Cuando las visitas se van de casa, la realidad de estar solos empieza a surgir. Largos periodos de tiempo entre visitas vacacionales pueden fomentar fácilmente sentimientos de querer estar solos. Visitas periódicas consistentes entre las fiestas pueden ayudar a aliviar estos sentimientos.
Ansiedad
Pero la soledad y la depresión no son los únicos sentimientos negativos con los que muchos de nosotros luchamos durante las festividades. La ansiedad juega un rol protagónico en la experiencia de las fiestas de muchas personas.
El enfoque de la sociedad en cuanto a la Navidad se centra principalmente en las características seculares, perdiendo su significado religioso y eterno. El hermoso y tranquilo milagro del nacimiento de Jesús se ha convertido en una compleja atracción secundaria económica que se inicia cada año un poco más temprano.
Apenas llegamos a finales de octubre cuando ya empezamos a sentirnos bombardeados por los adornos de Navidad y las ventas pre-navideñas. Una presión excesiva para encontrar regalos fantásticos, para crear impresionantes decoraciones, para preparar la comida perfecta y para empujar los presupuestos a sus puntos máximos genera un gran estrés. Ponemos mucha presión sobre nosotros mismos y establecemos expectativas tan altas que nuestro gozo a menudo es disminuido por la inevitable ansiedad y la inevitable decepción.
Pasos para reducir la Soledad, la Depresión y la Ansiedad durante la Temporada Navideña
Entonces así es, el escenario está listo. La soledad, la depresión y la ansiedad pueden rápidamente sobrepasar la paz que se pretende encontrar en la temporada de Navidad. Sólo mira las caras a tu alrededor durante estas fiestas. ¿Has notado que existe una falta de alegría en muchas de ellas—y probablemente, también en la tuya?
Entonces, ¿cuál es la solución? Aquí te damos algunos pasos que te pueden ayudar a reducir los sentimientos negativos asociados con las festividades. Y como siempre ocurre, el cambio lleva tiempo. Sé paciente.
1. Establece expectativas realistas y simples para las fiestas.
No hagas las fiestas más grandes de lo que pueden ser. Aunque a menudo esperamos que la navidad de alguna manera, mágicamente resuelva nuestros problemas, expectativas poco realistas sobre las festividades sólo exacerban conflictos ya existentes. Establece expectativas simples para ti mismo y para otros.
Hacemos esto al querer manejar nuestras creencias acerca de lo que “debería” ocurrir. A menudo creemos que debemos encontrar el regalo perfecto, que debemos cocinar la cena perfecta, que debemos tener la conversación perfecta. Estos “debemos” crean expectativas poco realistas, porque la vida es raramente—y si acaso, algunas veces—perfecta.
Crea expectativas más realistas manteniendo todo de manera simple. Solicita un recibo de regalo en caso de que el mismo no funcione. Recuerda que la diversión es sólo estar juntos, sin importar lo que se coma. Las festividades están ya de por sí emocionalmente cargadas, de modo que hay que mantener los temas de conversación tranquilos. Hay mucho tiempo después de las fiestas navideñas para abordar esas conversaciones difíciles.
Identifica tus “debo” para las fiestas de la temporada y reemplázalos con expectativas más realistas.
2. Identifica a las personas con las que puedes pasar las fiestas.
¿Recuerdas mi anterior comentario que dice que fuimos creados con una necesidad de intimidad? A ninguno de nosotros nos va bien a largo plazo sin intimidad de relaciones. La distancia y los horarios conflictivos pueden impedirnos pasar la temporada navideña con la familia, pero eso no quiere decir que tenemos que estar a solos.
Identifica a otras personas que están separadas de sus familias y celebra las fiestas junto con ellos. Podemos crear una familia sustituta invitando a otros a compartir las fiestas con nosotros. Explora otras vías para conectarte con la gente. La iglesia puede ser un lugar maravilloso para estar cerca de individuos semejantes. Participa en las actividades navideñas de la iglesia, para disfrutar de la comunión con los demás. Sé creativo. Si es posible, únete a tu familia y amigos a través de herramientas que facilitan las video-llamadas por Internet, como FaceTime y Skype.
3. Establece un presupuesto adecuado y apégate a él.
Ciertas dificultades económicas y ansiedad asociadas con el gasto excesivo en Navidad pueden ser evitadas. La comercialización de la Navidad es una tendencia artificial. La Navidad comenzó con un regalo a la humanidad que a menudo se pierde en la comercialización de dar regalos.
Incluso los regalos más costosos eventualmente deben ser reemplazados. El verdadero regalo en Navidad es el amor eterno de Dios para nosotros. Aunque no está mal dar regalos, la moderación de hacerlo es saludable. Establece un presupuesto apropiado para gastar en la temporada navideña. Comprométete a apegarte a ese presupuesto. De esta manera disfrutarás el poder dar regalos y no extralimitarte financieramente.
4. Evita usar las fiestas navideñas como una oportunidad para abordar conflictos familiares.
Típicamente, las festividades no son el mejor momento para centrarse en resolver conflictos familiares—aunque puede ser tentador intentar hacerlo. Las reuniones familiares durante la temporada navideña pueden ser tensas incluso cuando no existe conflicto alguno. Añade a esto una historia de conflictos sin resolver y tendrás los ingredientes necesarios para provocar explosiones emocionales.
Puede ser mejor tener una reunión diplomática enfocada en el motivo de las fiestas y evitar intencionalmente los conflictos que no se hayan resuelto. Tal vez debas desviar amablemente a aquellos familiares que siempre regresan a las cuestiones del conflicto. Concéntrate en los acontecimientos presentes; ponte al día en la vida de los demás. Esto no quiere decir que nunca debes abordar los conflictos inconclusos—sólo no lo hagas durante las fiestas navideñas. Después de todo, hay un tiempo para cada cosa.5
5. Sé voluntario para ayudar a otros durante la temporada navideña.
El voluntariado a través de las organizaciones comunitarias y las iglesias es una excelente manera de estar rodeado de gente durante la temporada navideña. Ser voluntario es una oportunidad para otorgar el regalo de servicio, reduciendo al mismo tiempo el aislamiento.
La depresión y la ansiedad son frecuentemente impulsadas por un alto autoenfoque. El voluntariado cambia el sentido de uno mismo hacia otros que están en necesidad. Sentirse impotente para lograr un cambio es común entre los síntomas de la depresión y la ansiedad. Impactar positivamente a otros a través del servicio puede ayudar a identificar tu poder para provocar el cambio. Reconocer tal poder, entonces, puede ser canalizado en abordar la soledad, la ansiedad y la depresión.
6. Enfócate en el verdadero significado de la Navidad y en tu relación con Dios
Dios desea una relación con nosotros. La Navidad es un buen momento para establecer o renovar nuestra relación con él. Aunque podemos sentirnos aislados y solos, se nos recuerda que Dios está siempre con nosotros.6 El regalo de una relación con Jesús fue dado a todos nosotros.
El Espíritu Navideño
Mientras celebras las fiestas navideñas, ten en cuenta que—aunque probablemente tú no—otros podrían estar luchando para encontrar el “espíritu navideño.” Haz un esfuerzo para incluir a quienes podrían estar solos, sin amigos o familia en sus fiestas navideñas de este año.
La Navidad es una celebración del amor de Dios para nosotros. Una de las mejores maneras en las que podemos conmemorar y honrar esto es demostrando nuestro amor unos por los otros. Jesús mismo dijo, “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.”7
Esta Navidad, trata lo mejor que puedas de propagar la alegría y el amor en una forma auténtica y sincera. Que tus esfuerzos concedan a una persona más, ¡una Navidad alegre y brillante!