¿Qué es el Matrimonio Cristiano?

¿Qué es el Matrimonio Cristiano?

Se habla mucho acerca de que los matrimonios cristianos son diferentes, pero ¿qué es eso que hace que un matrimonio sea "cristiano"?

Un buen matrimonio sería entre una esposa ciega y un marido sordo.Michel de Montaigne1

El matrimonio ha adquirido muy mala reputación en los últimos años. Blanco de un número aparentemente infinito de bromas, el matrimonio es una fuente inagotable de comentarios sociales, de políticas de género y debates gubernamentales.

Amor: Una locura temporal curable por matrimonio.Ambrose Bierce2

En los Estados Unidos, el matrimonio ha caído en tiempos particularmente difíciles. Cada vez menos personas optan por casarse.4 De hecho, menos de la mitad de los hogares estadounidenses actuales están formados por parejas casadas.5 El porcentaje de estadounidenses que nunca se han casado es cada vez mayor,6 a la vez que el número de parejas que viven juntas sin casarse se incrementa de forma exponencial.7 Mientras tanto, más y más niños nacen de madres solteras.8

Uno debe mantenerse siempre enamorado. Esa es la razón por la cual uno nunca debe casarse.Oscar Wilde3

Para colmo, Estados Unidos tiene la tasa más alta de divorcios entre los países occidentales y la mayor incidencia de familias con un sólo progenitor que cualquier otra nación industrializada.9 No se puede negar que el panorama de la familia estadounidense ha cambiado radicalmente por los últimos cincuenta años.

Matrimonio y Cultura

Estos datos plantean preguntas sobre el valor y el significado del matrimonio en la cultura estadounidense contemporánea. Teniendo en cuenta los cambios en la tecnología de la reproducción, los cambios en las actitudes culturales acerca de la moralidad sexual y el aparente fracaso del matrimonio como una relación ideal, ¿el matrimonio ha llegado a ser irrelevante?

Aunque pueda parecerlo, los sociólogos Mark Regnerus y Jeremy Ueker informan que la juventud estadounidense está tan interesada en el matrimonio como en cualquier otro tiempo: más del 95 por ciento tiene la intención de casarse algún día.10

Desde las novelas románticas hasta los “reality shows” (programas de la vida real) en la televisión y las películas, perpetúan fácilmente expectativas irreales y falsas interpretaciones sobre el amor, el matrimonio y el romance. Como resultado, tanto quienes buscan un compañero de matrimonio como quienes tratan de permanecer en una relación matrimonial luchan contra malas interpretaciones de la definición de esa relación.

¿Puede la fe cristiana marcar una diferencia en la comprensión y la búsqueda de un matrimonio significativo?

Matrimonio y Fe

Aunque el matrimonio no es el dominio distintivo de la iglesia cristiana, la Biblia y pensadores cristianos con influencia tienen bastante que decir sobre el asunto. Entonces, ¿qué hace a un matrimonio un matrimonio cristiano?

Es evidente que el simple hecho de ser religioso o profesar la fe cristiana no es un remedio ni garantiza un matrimonio duradero y feliz. Para responder a nuestras preguntas, debemos contemplar los elementos esenciales del matrimonio cristiano y ver en qué se diferencian de otros enfoques de la relación matrimonial.

En el primer siglo, algunos escritores cristianos comentaron sobre la relación entre su fe y el matrimonio. Uno de ellos, Pablo, escribió estas palabras:

Así también, los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.12

En estos versículos, Pablo compara la relación entre marido y mujer con la relación entre Jesús y la iglesia. Esto tiene implicaciones muy importantes para la naturaleza del matrimonio cristiano.

La Alianza del Matrimonio

Los cristianos se acercan al matrimonio como una alianza, una relación basada en las promesas y los compromisos, no sólo en sentimientos, aunque el amor, ciertamente, esta involucrado.13

El concepto de matrimonio como una alianza tiene sus raíces en la fe hebrea y los primeros cristianos también conservaron la creencia.14 La alianza de Dios con Israel se fundó con su promesa de ser fiel a Israel. También el pueblo hebreo prometió fidelidad a Dios y la Biblia no oculta que lucharon—y a menudo fallaron—por mantener esa promesa. Como Dios con los israelitas, Jesús estableció lo que llamó una “nueva alianza” con sus seguidores.15

Hablar del matrimonio como una alianza, es decir que la pareja se hace promesas mutuas sobre la forma en que elige vivir en el futuro, no sólo declaraciones de cómo se siente en el presente. El esfuerzo de vivir en esas promesas, permaneciendo fieles a su alianza, dará forma a su carácter a través de los años.

El Amor Cristiano

El matrimonio cristiano esta también distintivamente basado en agapē, palabra griega que se usa en las enseñanzas de Jesús y los primeros escritos cristianos para describir el tipo de amor que Dios manifiesta a los seres humanos. Agapē no tiene nada que ver con los conceptos de fantasía del amor romántico sobre los que se fundan tantos mitos sobre el matrimonio en la cultura estadounidense.

A pesar de lo placentero que esos sentimientos puedan ser al principio de una relación, rara vez tienen la capacidad de resistencia para soportar una vida de altibajos -como los de “en lo próspero o en lo adverso” del matrimonio.16

Agapē es un concepto totalmente diferente, tan importante que Pablo dedicó toda una sección de su primera carta a los Corintios para definirlo. Es posible que hayan escuchado una frase muy conocida de esta sección: “El amor es paciente, es bondadoso”. Pablo luego pasa a describir el agapē como una manera sacrificada de amar otros.17

Este tipo de amor incondicional, o un esfuerzo activo para vivir este tipo de amor todos los días, definen a un matrimonio verdaderamente cristiano, tal como caracteriza a una vida auténticamente cristiana.18 Agapē es econtrada en la elección activa que uno hace acerca de cómo comportarse hacia otra persona, no en un sentimiento condicional que se tiene hacia alguien.19 Agapē se basa en las decisiones deliberadas del amante, no en las respuestas de la persona amada.

Matrimonio Centrado en Cristo

Tal vez la característica más distintiva del matrimonio cristiano -que hace que los otros dos sean posibles- es que esta intencionalmente centrada en Jesucristo. Cada cónyuge trabaja continuamente para conocer, amar y obedecer a Jesús y seguir su ejemplo.

De esta manera, el marido y la mujer aprenden a expresar agapē y se mantienen fieles a su alianza. A medida que practican la fe cristiana en conjunto, se mueven uno hacia el otro, creciendo juntos en amor y unidad.

Pero, ¿qué pasa con los matrimonios en que sólo uno de los cónyuges es seguidor de Jesús? ¿Podría ser un matrimonio así un “matrimonio cristiano”?

Pablo escribe realmente acerca de un caso de este tipo en 1 Corintios 7:12-16;20 el le suplica al creyente a seguir casado con su cónyuge no creyente debido a la influencia que tiene el creyente en su pareja e hijos. Una persona que trata de seguir a Jesucristo, que aprende a vivir de agapē y mantiene las promesas de la alianza lleva la presencia de Cristo al matrimonio.

Búsqueda Constante

Cristiano o no, el matrimonio es difícil de mantener para cualquier pareja durante toda la vida. Las pruebas de la vida, la presión de ganarse la vida, la crianza de los hijos, de resistir a las tentaciones de la infidelidad o el egoísmo, pueden tensar cualquier matrimonio.

Pero el matrimonio cristiano ofrece esperanza. La esperanza de que un esposo y una esposa, mediante la elección deliberada de aprender a amar con fidelidad y sacrificio como hizo Jesús, pueden mantener sus promesas de la alianza durante toda la vida.

  1. Michel de Montaigne, http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/m/micheldemo106657.html, 31 de enero, 2013.
  2. Ambrose Bierce, The Devil’s Dictionary, (Mineola, NY: Dover Publications, 1993), p. 75.
  3. Oscar Wilde, http://www.goodreads.com/quotes/57649-one-should-always-be-in-love-that-s-the-reason-one, 31 de enero, 2013.
  4. La tasa de matrimonios (número de matrimonios por cada 1,000 personas) se mantuvo estable desde 1960 hasta 1997; pero para 2010 había disminuido en más del 23 por ciento. "National Marriage and Divorce Rate Trends," Centers for Disease Control and Prevention, 10 de enero, 2010, http://www.cdc.gov/nchs/nvss/marriage_divorce_tables.htm, 3 de enero, 2013.
  5. En 1960, los matrimonios formaban casi las tres cuartas partes de todos los hogares. En 1998, los matrimonios constituían un poco más de la mitad de todos los hogares. Para 2010, sólo el 48 por ciento de los hogares estadounidenses se conformaban por matrimonios. “Households and Families: 2010,” 2010 Census Briefs (C2010-BR 14: April 2012), tabla 2, p. 5; figura 2, p. 6. Disponible en http://www.census.gov/prod/cen2010/briefs/c2010br-14.pdf.
  6. El porcentaje de adultos que nunca se han casado aumentó en un 16 por ciento entre 1980 y 1997. William Bennett, The Index of Leading Cultural Indicators: American Society at the End of the 20th Century, actualizado y ampliado, (Colorado Springs, CO: WaterBrook Press, 1999), 64–65.
  7. El número de parejas que viven juntas sin casarse aumentó de 439,000 en 1960 a 4.24 millones en 1998. Ibid. Actualmente, 7.7 millones de parejas viven en hogares sin matrimonio, creciendo a más del 41 por ciento desde 2000 “Households and Families: 2010,” Informes del Censo 2010 (C2010-BR 14: abril de 2012), tabla 2, p. 3. La cita de referencia: "En general, la población de parejas en hogares sin matrimonio llegó a 7.7 millones en 2010 y creció 41 por ciento entre 2000 y 2010, cuatro veces más rápido que la población total de parejas en hogares (10 por ciento)". Disponible en http://www.census.gov/prod/cen2010/briefs/c2010br-14.pdf.
  8. Entre 1960 y 1997, el número de nacimientos fuera del matrimonio aumentó en un 511 por ciento. Los hijos de mujeres no casadas representaron aproximadamente un tercio de todos los nacimientos en la década de 1990. Bennett, The Index of Leading Cultural Indicators, 47. Para 2010, el número de nacimientos de madres solteras aumentó de 224,300 en 1960 a 1,633,471, un incremento del 728 por ciento. “FastStats—Unmarried Childbearing, Center for Disease Control and Prevention, 2010, http://www.cdc.gov/nchs/fastats/unmarry.htm, 12 de enero, 2013. 
  9. “Divorce Rate (Most Recent) by Country,” NationMaster.com, http://www.nationmaster.com/graph/peo_div_rat-people-divorce-rate, 12 de enero, 2013. Desde 1960, los EE.UU. han experimentado un aumento del 200 por ciento en el porcentaje de niños que viven en hogares monoparentales. Bennett, The Index of Leading Cultural Indicators, 4. El porcentaje de niños que viven en un hogar de dos padres se ha mantenido constante, desde 1998 hasta 2009, en un 6 por ciento. “Living Arrangements of Children: 2009,” Household and Economic Studies (P70-126: June 2011), tabla 1, p. 4. Disponible en http://www.census.gov/prod/2011pubs/p70-126.pdf.
  10. Mark Regnerus y Jeremy Uecker, Premarital Sex in America: How Young Americans Meet, Mate, and Think About Marrying (Oxford, UK: Oxford University Press, 2011), 169–170
  11. La Sagrada Biblia, Efesios 5:28–33.
  12. Una alianza es un “acuerdo formal, solemne y vinculante”. Merriam-Webster, http://www.merriam-webster.com/dictionary/covenant.
  13. La Sagrada Biblia, Malaquías 2:13–14. “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu alianza”.
  14. La Sagrada Biblia, Lucas 22:20. “De igual manera, después que hubo cenado, [Jesús] tomó la copa, diciendo: Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que por vosotros se derrama”
  15. C. S. Lewis presenta una particularmente excelente descripción de este concepto: “Estar enamorado es algo bueno, pero no es lo mejor (…).No puede hacerse de ello la base de la vida en su totalidad. Es un sentimiento noble, pero no deja de ser un sentimiento. Y no se puede confiar en que sentimiento alguno perdure en toda su intensidad, o incluso que perdure. El conocimiento puede durar, los principios pueden durar, los hábitos pueden durar, pero los sentimientos vienen y van. Y, de hecho, más allá de lo que diga la gente, el estado conocido como “estar enamorado” generalmente no dura. (…)Pero, por cierto, dejar de estar “enamorado” no necesariamente significa dejar de amar. El amor en este segundo sentido -el amor en tanto distinto al “estar enamorado”- no es meramente un sentimiento. Es una unidad profunda, mantenida por la voluntad y deliberadamente fortalecida por el hábito; reforzada (en los matrimonios cristianos) por la gracia que cada uno de los integrantes de la pareja pide, y recibe, de Dios. Pueden tener este amor por el otro incluso en los momentos en que no se gustan mutuamente, tal como te amas a ti mismo incluso cuando no te gustas. Pueden retener este amor incluso cuando cada uno podría, si se lo permitiera, estar “enamorado” de otra persona. “Estar enamorados” primero los llevó a prometer fidelidad; este amor más tranquilo les permite mantener la promesa. Es con este amor que funciona la maquinaria del matrimonio; estar enamorados fue la explosión que la hizo partir”.  C. S. Lewis, Mero Cristianismo (Edición Electrónica: 2011, http://www.laeditorialvirtual.com.ar), libro tercero, capítulo 6.
  16. La Sagrada Biblia, 1 Corintios 13:4–7. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 
  17. La Sagrada Biblia, Juan 13:34 –35. “‘Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros’”.
  18. A menudo escucharán parejas casadas que discuten el hecho de que no siempre se sienten "enamorados" con su cónyuge. Agapē es lo que permite a los dos mantener su compromiso con la alianza en los momentos difíciles.
  19. “Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?”
  20. Crédito de Foto: Jasmine Fitzwilliam.