La oración puede ser una conversación continua con Dios, pero ¿por qué puede hacer alguna diferencia?
Cuando hablamos con Dios, estamos orando. Cuando Dios nos habla, somos esquizofrénicos.Lily Tomlin1
La idea de hablar con Dios—orar—es un poco extraña, ¿cierto?
Normalmente cuando hablas con alguien, puedes escuchar las respuestas que te dan. Pero la oración es diferente. Cuando oras, parece que estás hablando contigo mismo.
¿Cómo hablar con alguien que no te responde—por lo menos no de forma audible? Y si crees que Dios no sólo escucha las oraciones sino que también las responde, ¿cómo diferencias tus propios pensamientos y sentimientos de las respuestas de Dios?
Luego está la gran pregunta. ¿En verdad funciona la oración?
¿Por qué orar si Dios ya conoce el futuro, organiza lo que va a pasar y sabe lo que necesitamos? Aún así, billones de personas en todo el mundo hacen algún tipo de oración. ¿Por qué molestarse si nada cambia?
¿Para qué molestarse en orar?
Los budistas, cristianos, hindúes, musulmanes y seguidores de muchas otras religiones tienen en común la oración.
Por ejemplo, los budistas no creen mucho en orarle a un dios externo, sino en orar para despertar sus habilidades escondidas muy dentro de sí mimos. Los musulmanes creen que sus oraciones, que deben hacerse cinco veces al día, son un recordatorio de Dios y un llamado a un propósito mayor más allá de ellos mismos.
Los cristianos también creen que la oración puede cambiar vidas, que se debe orar regularmente y que nos puede ayudar a recentrar nuestras prioridades.
El cristianismo además enseña que la oración también puede afectar enormemente al mundo y que influye en la forma en la que Dios decide interactuar con la humanidad.2
Pero, ¿cómo funciona? Si Dios es un ser supremo y omnipotente, ¿no resolvería sus propósitos como él quiere? Parece poco probable que nuestras míseras "oracioncitas" puedan afectar sus planes.
Muchos cristianos lo describirían de esta forma: De manera misteriosa pero soberana, Dios ha permitido que la oración influya en Él y logre su voluntad. Él escogió la oración como la forma a través de la cual se involucren sus seguidores en su plan. La oración es una forma en que Dios logre sus propósitos en, por medio de y alrededor de la persona que ora.
Un Corazón Transformado
Muchos de nosotros le oramos a Dios como si Él fuera el genio de una lámpara. Esperamos que con suerte, nos escuche y actúe conforme a nuestros deseos.
Sin embargo, muchas doctrinas, incluido el cristianismo, describen un retrato más profundo e íntimo de la oración. En lugar de usar a Dios como medio para lograr un fin, dentro de la oración Dios es el fin. El creyente ora confiando en el carácter y el poder de Dios.
Uno de los propósitos principales de la oración es transformar el corazón de las personas que oran para que se parezca más al corazón de Dios. No se trata tanto de obtener resultados "tangibles" de Dios. Es más una oportunidad de conocer a Dios por completo, para comprender mejor lo que él quiere de cada uno de nosotros, y para establecer una relación que dure toda la vida.
La oración es un estilo de vida de dependencia humilde, de vivir en comunidad y armonía con Dios, la fuente de vida.
Pide y se te Dará
Esto no quiere decir que no se puedan hacer peticiones personales específicas para que Dios las guíe y las conceda. Al hablarles a sus discípulos sobre la oración, Jesús dijo:
Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, si su hijo les pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?3
Según estos versículos, la oración es una oportunidad para acercarse al gran padre de todos los tiempos y expresarle abiertamente nuestras necesidades y deseos, y pedirle ayuda.
Pero, ¿Cómo Dios, una entidad lo suficientemente enorme como para crear el universo, realmente se interesa en los detallitos de mi pequeña vida?
Esto es lo esencial del mensaje cristiano: A Dios le importa tanto cada uno de nosotros que nos ha dado una forma de tener una relación con él verdadera e íntima. La oración es una de las increíbles bendiciones de la fe cristiana, pues mientras más creemos, Dios más se nos revela.
Crear Confianza
Como todo lo que vale la pena, la oración es un proceso. Necesita tiempo, compromiso y disciplina.4 La oración no debe ocurrir sólo cuando se está desesperado. Debe ser una conversación constante.
Y es ahí donde esto se vuelve fascinante. Mientras alguien se dedica a la oración y se siente más cómodo con ella, una de las formas en que "funciona" es en la confianza creciente que esa persona gana.
Las personas que oran han hablado de milagros y de respuestas a algunas súplicas que nunca habrían imaginado y que, con toda certeza, nunca hubieran podido crear por sí solos. Esas personas creen que la oración logró el cambio.
Imagínate un milagro que te gustaría ver, tal vez la curación de un familiar enfermo, enmendar una relación rota o que una situación que parece desesperanzada se resuelva. ¿Podría la oración ser la solución? ¿Podrían los milagros convertirse en una de tus experiencias?