–Sí, existen buenas y malas maneras de tener conversaciones espirituales, yo creo... especialmente por el tipo de ambiente en el que vivimos.

"La Curiosidad Colectiva"

–Por lo tanto creo que la manera en la que hablemos de Dios debe ser abordando el tema con humildad. No asumiendo que tenemos todas las respuestas, sino pudiendo ser parte de una conversación que la gente anhela tener, pero talvez no tienen suficientes opciones para tenerla.

–Yo creo que es realmente importante que no tenemos que sentir; debemos presentar. La respuesta cristiana perfecta, la manera perfecta de ser cristianos. Uno: porque es una mentira y dos: no ayuda a a nadie de cualquier manera. Entonces, yo creo que la mejor manera es escuchar, hablar, reír, hacerlo tan ordinario como puedas.

–No se si sea bueno... tratar de forzar doctrinas o proclamaciones en personas con las cuales no tenemos una relación.

–Yo quiero escuchar la historia de otras personas. Quiero escuchar de dónde vienen, qué sistema de creencias tienen.

—Si tan solo haces preguntas; si tan solo... realmente te preocupas por ellos. Si... si te preguntas sobre los detalles de sus vidas, es muy natural hablar de cosas espirituales, también, debido a que esa es una parte importante de la vida de todos nosotros. Aunque no crean en Dios, han pensado en él y tienen opiniones sobre él.

–Cada vez que digo, "¿Así que nunca has tenido una experiencia religiosa?" cada persona a la que le he preguntado, dice "¡Sí! ¡Oh, no sí,! Si he tenido experiencias religiosas." Entonces yo sólo digo, "Bien, dime, ¿cuál es tu experiencia religiosa favorita?" Y, realmente te impresionaría saber lo que contesta la gente.

–Tener conversaciones sobre eso realmente ofrece esperanza a los buscadores espirituales.

–Yo creo que es importante si creemos o no en esta verdad. Si yo tuviera un amigo que se olvidó de cómo respirar, yo haría lo que fuera para ayudarle a respirar nuevamente. ¿Es eso importante? ¿Es eso verdad? Y creo que si anduviéramos con esa perspectiva en la mente, cambiaría no sólo nuestras conversaciones, sino que también cambiaría la manera en la que vivimos nuestras vidas. Entenderíamos que todo lo que hacemos es un testimonio de este Cristo que decimos seguir, y de este estilo de vida en el cual afirmamos creer.