No podemos probar o refutar la existencia de Dios. ¿Cómo podemos siquiera saber si existe un Dios?

Preguntas para Discusión y Reflexión Personal

  1. ¿Qué te hace fácil creer en Dios? ¿Qué te hace difícil creer en Dios?
  2. ¿Qué papel — si acaso — jugó Dios en tu familia mientras ibas creciendo? ¿Cómo afectó tu crianza tus creencias actuales?

Ha sido increíble estar casado con una física. Una de las cosas que Catherine me ha dicho que creo que es asombrosa, es: Sabemos por ejemplo, que tenemos constantes cosmológicas. Estas maneras en las que el universo se alinea. Son cosas... números que los físicos deben aplicar a sus ecuaciones para que todo funcione. Por ejemplo, para la gravedad hay una constante. ¿Con cuánta fuerza se atraen las cosas? Si eso se fija un poquito diferente el universo se queda sin estrellas ni planetas, porque, obviamente, las estrellas se forman por la gravedad. Y el universo colapsa rápidamente. O si se fija de otra manera, si se fija lo opuesto, se expande infinitamente, y no se logra la fusión de materia de las galaxias, las estrellas y los planetas, y eventualmente nuestro planeta. El hecho de que estas cosas están alineadas y que hay al menos 12 de esas constantes que tienen que estar... El sintonizador tiene que estar fijado a la perfección o nunca habrá vida de ningún tipo en un planeta como el nuestro. Los científicos saben que nadie tiene idea de por qué las cosas deben ser fijadas así. Creo que cuando se empieza a descubrir esos detalles del universo, cosas que son así sólo porque lo son. No tenían que ser, pero lo son. Eso te hace más abierto a la posibilidad de que es así porque alguien decidió que así fuera. ¿Existe un Dios?

Tengo dos hijos que son el amor de mi vida. Es fascinante ver cómo jugar al cu-cu siempre ha sido tan divertido para ellos. Parece que hay algo acreca de estar escondido y después ser revelado. No sé si pueda explicarlo científicamente, pero para mí es fascinante que en nuestros corazones esté el deseo de averiguar lo que sucede realmente.

En el zoológico, ¿qué animales quiere ver la gente? Quieren ver los osos, los leones y los tigres. En mi país los tiburones tienen mucho interés. Los tiburones y las ballenas. A la gente le gusta estar en un lugar que les recuerde que no son lo más grande ni lo más importante en el mundo. ¿Por qué a la gente le atraen las montañas o las vistas oceánicas ríos embravecidos o cañones? La psiquis humana tiene un anhelo de ser liberado del disparate de imaginar que la experiencia humana es la mayor o la mejor que puede haber. No soportamos la idea de que somos nosotros, que no hay nada mejor, que la experiencia humana es la mayor evolución posible. Tenemos que creer que hay algo mayor, algo más allá, algo más importante.

He viajado por el mundo. He visitado alrededor de 24 países. He conversado con gente de todas las religiones. He hablado con gente que vivió en 70 años de comunismo ateo. Y lo impresionante es que aún en ese ambiente, la mayoría de la gente, cuando hablan en confianza y les preguntas, dicen: En lo profundo, siempre creí que debe existir un Dios, o un poder mayor, alguien allá arriba que me dio vida, que tiene un propósito para mi vida. Y te pones a pensar en eso. ¿Por qué esa inquietud es tan común para la humanidad? Tiene que haber una razón. Y, ¿acaso no tiene sentido que sea como la brújula de los humanos, guiándonos hacia la fuente de vida?

He tenido algunas experiencias en la vida que sin duda me indican la existencia de Dios. Entre ellas, el tiempo que pasé con mi abuela, cuando era muy joven. A veces estábamos en la casa, las dos solas, y ella cantaba una canción de la iglesia o rezaba. Y como niña, no conocía otra forma de expresarlo, sólo decía que sentía algo cuando ella cantaba así, que algo muy real y muy espiritual ocurría. Aunque era muy pequeña, sentía que era testigo de un acontecimiento entre mi abuela y —quizás— Dios. Cuando crecí, a veces iba al servicio en la iglesia y me invadía el mismo sentimiento que recuerdo haber tenido en casa de mi abuela. He tenido muchas experiencias parecidas a través del tiempo, que ahora se han agrupado y que me dicen: Así es como sé
que Dios es real.

Si te pones a pensar, la idea de —digamos— que Dios no existe: Existimos por accidente. Evolucionamos de un caldo primigenio, miles de millones de años — por accidente. Dios no lo impulsó, porque no existe. Y aquí estamos. La deducción lógica es que la vida no significa nada. La gente dirá: Está bien. Pero, no. No tiene significado alguno. Si lo piensas, es tan deprimente y horrible que la mayoría sabe que eso no puede ser. El amor que tienes por personas en tu vida, por las que has sentido amor, si Dios no existe, entonces ese amor no significa nada. Ni siquiera es amor, es una reacción química diseñada para perpetuar la especie, totalmente por accidente.

Todos nosotros, cuando vemos el mundo actual, deseamos un mundo mejor. Vemos las noticias. Vemos bombas estallar en medio de multitudes. Cuando vemos niños secuestrados y obligados a ser esclavos, todos tenemos algo que al ver eso nos indica que está mal y ansiamos un mundo mejor. No hay nada evolutivo en eso. No es necesariamente algo que me ayude a sobrevivir — el procurar el bien del prójimo. Pero ahí está. Lo tenemos implantado y si prestamos atención, creo que sentiremos los latidos de Dios.

Recuerdo cuando nació mi primer hijo Cuando era jóven me moría de ganas de ser papá, y de ser un esposo. Ahora tengo a mi esposa, estoy casado. Llevábamos siete años juntos cuando supimos que ella estaba embarazada. Nuestro hijo vendría al mundo. Recuerdo que cuando el pequeñito llegó parecía que tenía 85 años de edad, con demasiado cabello, hasta en la frente. Para ser sincero, no era muy lindo cuando nació. Ahora es un jovencito muy lindo. Pero cuando lo vi... Tratar de explicarlo... Explicar la conexión. Explicar el amor, la impresión... Para mí sería... que Dios es amor. No que tiene amor, sino que es amor. Mis amigos que saben lo que es el amor, que han sentido Su presencia, la alegría, la esperanza. Creo que todo es una señal que nos dice que hay algo más. Hay algo más.

Me di cuenta que Si Dios existe yo no puedo probar su existencia, o descartarlo, con la ciencia. Que en todo caso, Dios tendría que probar su presencia ante nosotros. Tendría que sobrepasar la enorme brecha ontológica que existe entre Él y nosotros y revelarse ante nosotros de manera que tenga sentido.

Una gran razón es que la experiencia, el probar y ver, y que cuando queremos conocer más de Dios, Él también quiere que lo conozcamos mejor. Creo que en ese sentido, Él nos encuentra en donde estamos.