¿Cómo nos salva Jesús?

¿Cómo nos salva Jesús?

¿Coincide Jesús con tu definición de héroe? Los héroes salvan personas, ¿Jesús lo hace?

El verdadero heroísmo es notablemente sobrio.... No es el deseo de superar a todos los demás a cualquier costo, sino el deseo de servir a los demás a cualquier costo.Arthur Ashe

El 7 de noviembre de 1907, la decisión por una fracción de segundo hecha por un hombre llamado Jesús García Corona cambió el curso de la historia y lo definió como un verdadero héroe. El joven se percató que un tren se prendía en fuego a causa de las chispas de una locomotora que pasaba. Cargado con dinamita, el tren volaría su ciudad natal de Nacozari en México, en mil pedazos.

Sin dudarlo, García se dio valor y manejó el tren a todo vapor lejos de la ciudad hasta que explotó. Los testigos dijeron que llovieron fragmentos de grava y metal durante varios minutos después de la explosión. Todo lo que quedó de García fueron sus botas. El heroísmo de García es recordado anualmente en el Día del Trabajador del Ferrocarril.1

El Último Héroe

García tomó una decisión extraordinaria de dar su vida para salvar otras vidas de cientos de personas. Verdaderos héroes como García han surgido en cada país y cultura a través del tiempo. Todos ellos comparten características similares: Son valientes y abnegados. Tienen gran compasión por los demás. Están dispuestos a sacrificar todo por un propósito mayor.

Algunas personas creen que un hombre llamado Jesús de Nazaret es el último héroe de todos los tiempos. Dicen que, igual que García, era un hombre altruista, valiente y compasivo. Él también, sacrificó su vida para que otros pudieran vivir.

Sin embargo, existen algunas distinciones. A diferencia de García, Jesús tuvo tiempo para considerar y prepararse para el sacrificio que haría. Y a diferencia de García, Jesús tenía la intención de salvar a más de un pequeño pueblo. Él se dispuso a salvar a todo el mundo. Algunas personas creen que aún sigue salvando gente hasta hoy.

Pero, ¿cómo puede ser esto? ¿Cómo nos salva Jesús? Para contestar esto, primero debemos responder a otra pregunta.

¿Por qué necesitamos ser Salvados?

Dentro de la cosmovisión cristiana, la respuesta corta es: a pesar de sus mejores esfuerzos, la gente se queda corta al cumplir las normas de Dios para vivir bien. Y las consecuencias de vivir por debajo de los estándares de Dios son el castigo y la separación de Dios.

¿Acaso te irritaron esas dos oraciones? Si es así, definitivamente no estás solo. Aquí hay tres objeciones comunes a esta visión del mundo que lo hacen difícil de entender.

1) “Soy una buena persona.”

Cuando la gente se compara con el resto del mundo, quieren verse a sí mismos como buenas personas. Después de todo, nuestro mundo está lleno de escenas inquietantes de guerra, corrupción e injusticia social. El mundo se queda terriblemente corto con los estándares de la mayoría de la gente.

Sin embargo, Dios tiene niveles aún más altos que nosotros. Dos principios resumen las expectativas de Dios de nosotros: “‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente’. . . . Y. . . ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’”2

Cuando me evalúo yo mismo siguiendo estas instrucciones, no soy ni siquiera cercanamente bueno a lo que quisiera creer. Si soy honesto conmigo mismo, puedo admitir que no siempre amo a Dios por sobre otras personas o sobre mí mismo. No lo amo con todo mi ser. A veces pongo a mi pareja, mis hijos o incluso mi trabajo por delante de él. Ciertamente no siempre amo a otros como a mí mismo. Puedo sostener una rencilla con el mejor de ellos. Puedo ser desconsiderado e incluso odioso con mis palabras y acciones.

Puede que sea aceptable o incluso “bueno” en comparación con muchas cosas que suceden en este mundo, pero yo no vivo acorde a los estándares de Dios.

2) “Si hago malas decisiones, es porque Dios me creó de esta manera.”

Algunas personas asumen que si Dios los creó, entonces también creó sus deseos egoístas. Hay algo de verdad en eso. Cuando Dios creó a la gente, él creó su capacidad de elegir a amarlo.

Déjame ilustrar con mi propio hijo. Como padre, yo creé a mi hijo, lo di a luz y le pasé mis genes. Ahora lo estoy criando y enseñándole. Mi expectativa es que él me ame, me respete y me obedezca porque tengo sus mejores intereses en mi mente. Sin embargo, la elección es suya. Cuando él es desobediente y elige un camino dañino, yo puedo sentirme enojado y dolido de que no confió en mí. Pero definitivamente me preocuparé por su bienestar.

De la misma manera, Dios se aflige con las personas cuando sufren las consecuencias de malas decisiones. Él no quiere que tomemos malas decisiones; él quiere que confiemos en él y vivamos en obediencia a él. Pero al final, somos responsables de nuestras propias decisiones.3

3) “No merezco estas consecuencias.”

El castigo y la separación eterna pueden parecer consecuencias duras e inmerecidas para los defectos de las personas. Sin embargo, Dios es perfecto y justo. Se debe contar con él para ofrecer justicia con perfecta integridad. La mayoría de la gente no quiere un sistema de justicia que permita que las injusticias pasen desapercibidos.

No quiero que Dios se haga de la vista gorda hacia las formas en las que una persona me lastima. Sin embargo, su integridad exige que tampoco se haga de la vista gorda hacia las formas en las que yo lastimo, tampoco. Poner en peligro su integridad, inclusive para sus hijos, sería poner en peligro el carácter perfecto de Dios mismo.

Jesús y la Salvación

Pero la gente no es perfecta. Decimos y hacemos cosas que se quedan cortas a las expectativas de Dios todos los días—pecamos.4 Y te guste o no, necesitamos ser salvados de las consecuencias de vivir por debajo de los estándares de Dios.

Desde tiempos antiguos, la gente a lo largo de las culturas ha intentado reconciliar las brechas entre ellos mismos y sus dioses. Sacrificaban animales y pertenencias para tranquilizar a los dioses. Antiguos hebreos, por ejemplo, cuidadosamente seleccionaban animales sin manchas para sus sacrificios con el fin de reemplazar sus propias imperfecciones.

El problema era que ni un sólo sacrificio podría ser suficiente para cubrir toda una vida de errores. A medida que le gente continuaba viviendo por debajo de los ideales de Dios, seguían haciendo sacrificios regulares. Sabían que nunca serían capaces de establecer una relación correcta con Dios por su propia cuenta.5  Nunca pudieron cerrar la brecha.

Los cristianos creen que en su gran amor por su gente, Dios ideó un plan para salvarlos. Ellos creen que envió a Jesús como el sacrificio perfecto, definitivo y final para el fracaso de las personas de tratar de cumplir con los estándares de Dios. A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús abrió el camino para que cada uno de nosotros tuviera una relación directa y personal con Dios—una relación llena de la gracia de Dios.

El plan de Dios se presenta en el libro de Juan: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.”6

Verdadero Amor

Jesús demostró verdadero amor por las personas a través de su obediencia. Aunque Jesús vivió una vida perfecta, sin pecado, él voluntariamente murió una muerte brutal por todos nosotros. Cornelio Tácito, un senador romano, reconoció en sus Anales, libro IV que Jesús “sufrió la pena extrema.”7 Jesús dio su vida como un sustituto de la nuestra propia, salvándonos de las consecuencias de nuestros pecados.8 Él mismo, dijo “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos.”9

A través de su muerte sacrificatoria, Jesús ofrece salvarnos del castigo y la separación de Dios. Él quiere mostrarnos la misericordia de Dios perdonando nuestras sanciones por desobedecer. Él quiere mostrarnos la gracia de Dios al darnos la oportunidad de tener una relación duradera con él. Jesús dijo que las personas que lo aceptan como su Salvador recibirán una vida eterna de amor, esperanza y alegría

Como el joven conductor de la locomotora, Jesús murió voluntariamente para salvar las vidas de los demás. Y como la gente inocente de ciudad natal de García, hemos sido dados libremente otra oportunidad en la vida. El pueblo mexicano ha decidido honrar a García fielmente.

¿Cuál es tu respuesta a la muerte sacrificial de Jesús, quien afirma que murió para ti?