La Biblia hace muchas afirmaciones sobre sí misma dentro de su texto. ¿Qué es lo que dice?
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Existen sólo dos opciones cuando se trata del conocimiento de un creador divino: Revelación o especulación. Ya sea que él nos hable, o nosotros adivinemos. Los cristianos creen que, afortunadamente, él ha hablado. El Dios del cielo y de la tierra ha “perdido su propia intimidad” para revelarse a nosotros—para ser nuestro amigo—a través de un libro.1 La Escritura es como un pase de acceso libre a la mente revelada y voluntad de Dios.
Prácticamente, desde cualquier punto de vista la Biblia es el libro más influyente de todos los tiempos. Ninguna escasez de tinta se ha derramado en las escrituras acerca de ella, en contra de ella y a favor de ella. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de sí misma?
La Biblia es Inspirada
Cuando la gente dice que la Biblia es “inspirada,” ¿a qué se refieren realmente? ¿Acaso sólo están diciendo que es inspiradora? Bueno, no del todo. Claro, la Biblia puede inspirar a algunos de sus lectores, pero el concepto de “inspirada” como se utiliza aquí tiene que ver con la relación entre Dios y los autores de la Biblia.
Ahora, los autores humanos de la Biblia no fueron inspirados en la forma en la que normalmente usamos la palabra hoy en día. No es como si el Apóstol Pablo hubiera visto una hermosa puesta de sol que lo hiciera sentirse conmovido por su belleza y entonces escribió Gálatas. Tampoco significa que él podía entrar en estado catatónico, recitar una vastedad de palabras a un amigo y luego recoger el pergamino y decir: “¡Veamos qué fue lo que escribió Dios!”
Primero que nada, la inspiración tiene que ver con el hecho de que el autor principal de la Biblia es Dios. En 2 Timoteo 3:16–17, Pablo escribe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.”2 Observa cómo dice que la totalidad de la Biblia es “inspirada por Dios”—exhalada por Dios. No es de extrañar entonces, que la Biblia sea comúnmente referida como la Palabra de Dios.3
¿Pero si Dios fue el autor, entonces qué hacían Moisés y David y Pablo y Juan y todos los otros? ¿No estaban escribiendo las Escrituras, también? Ciertamente. Verás, la Biblia fue escrita por Dios y los seres humanos—o, más precisamente, por Dios a través de los seres humanos.4 El Apóstol Pedro lo explicó así: “Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.”5 En otras palabras, Dios hizo que los autores humanos escribieran exactamente lo que él quería que escribieran—nada más y nada menos.
Sin embargo, estos autores no eran robots pasivos. Dios no borró sus personalidades o se apropió de sus mentes. Ellos escribieron como personas humanas pensantes y con sentimientos. Dios simplemente trabajó soberanamente a través de sus personalidades únicas, sus educaciones,6 sus orígenes y experiencias para habilitarlos—inspirarlos—a escribir la verdad divina.7 “Cada palabra de la Biblia es la palabra de un autor humano consciente y al mismo tiempo las palabras exactas que Dios se propone para la revelación de sí mismo.”8
El Creador del universo ha hablado—en la historia humana, en lenguaje humano, a través de los seres humanos. De eso se trata la inspiración. En respuesta a la pregunta de quién escribió la Biblia—Dios o los seres humanos—la Biblia misma simplemente responde: “Sí.”
La Biblia es Verdadera
Muy bien, entonces la Escritura es completamente inspirada pero, ¿también es completamente verdadera?
La Biblia dice que la palabra de Dios es verdadera porque el carácter de Dios es verdadero; Dios no es un mentiroso.9 Por lo tanto, el Dios de la verdad no puede hablar palabras que sean falsas. Dudar sobre la veracidad de la palabra de Dios es dudar de la veracidad de Dios mismo.10
Algunas personas piensan que mientras que los conceptos “espirituales” de la Biblia son suficientemente verdaderos, gran parte de los otros contenidos (como los datos históricos y geográficos) probablemente no lo son. Pero las escrituras no hacen “ninguna restricción en el tipo de temas de los que habla con la verdad.”11 Además, si la Biblia no es totalmente confiable en cada punto, ¿cómo podríamos estar seguros de que es totalmente fiable en otros puntos?
Cuando nos fijamos en la misma Escritura, vemos que está llena de afirmaciones para generalizar la veracidad.12 Cada palabra que contiene se describe como impecable,13 eterna,14 irrompible,15 ilimitada en su perfección16 y totalmente confiable.17 Como concisamente dijo Jesús a Dios, “tu palabra es la verdad.”18
De hecho, la veracidad de las Escrituras es tan comprensivamente asumida que todos los argumentos pueden depender de llamados de una sola palabra,19 el número sustantivos,20 incluso el tiempo de un verbo.21 Cuando se interpreta correctamente, la Biblia nunca te confundirá. Lo que dice, Dios dice.22
La Biblia es Autoritaria
Dios es el dueño del universo que creó con su palabra. Gobierna como rey sobre su creación—y esa creación nos incluye a ti y a mí. Su autoridad amorosa, para nuestro bien, se ejerce a través de su Palabra. De hecho, Dios se ha identificado de tal manera con las Escrituras que no creer en ellas o desobedecerlas, es no creer o desobedecerle a él.
Es cierto, la Biblia no es la única autoridad en nuestras vidas. Existen otras autoridades de justicia, como padres,23 pastores24 y miembros del gobierno.25 Sin embargo, ninguna está por encima de la palabra de Dios. La Biblia es la máxima autoridad. Esto significa que la corrección de cada creencia, valor, opinión, declaración, y sermón está resuelto de manera decisiva por la pregunta: ¿Qué dice la Biblia?26
Con respecto al propio punto de vista de Cristo sobre la Biblia, se ha observado que “[Jesús] se refiere a las Escrituras, a cada parte de la Escritura y a cada elemento de la Escritura como una autoridad incuestionable.”27 Los reyes no dan consejos; dan órdenes. La obediencia a la Palabra de Dios, por lo tanto, no es opcional. “No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.”28
Como observa J. I. Packer, “Los verdaderos cristianos son personas que reconocen y viven bajo la palabra de Dios. Se someten sin reservas a ella, creyendo en la enseñanza, confiando en las promesas, siguiendo las órdenes. Sus ojos están sobre el Dios de la Biblia como su Padre y el Cristo de la Biblia como su Salvador.”29 En otras palabras, un cristiano es aquel que oye la voz de Jesús en las Escrituras y con gusto la sigue.30
J. C. Ryle comentó: “¡Feliz es el hombre que posee la Biblia! ¡Aún más feliz es aquel que la lee! Y más feliz de todos es aquel que no sólo la lee, sino que la obedece.”31 Tan contracultural como contra-intuitivo que se pueda sentir, los cristianos creen que en la obediencia a la palabra de Dios es donde se encuentran la verdadera vida y la libertad.
La Biblia es Clara
La Biblia es un documento antiguo. Se puede sentir extranjero, y algunas partes ciertamente son confusas.32 Sin embargo, como dice el salmista, “La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al sencillo.”33 Incluso Dios manda a los padres a enseñar la Biblia a sus hijos.34
He escuchado decir que la Escritura es lo bastante superficial para que un niño la pueda vadear, pero lo suficientemente profunda como para que un elefante pueda nadar. Creo que eso es profundamente correcto. La Biblia está “escrita de tal manera que sus enseñanzas sean capaces de ser entendidas por aquellos que la leen buscando la ayuda de Dios y estando dispuestos a seguirla.”35
A veces la escritura es difícil de entender porque está hablando de cosas complicadas. En estos momentos, un estudio extendido y devoto puede ser necesario. A menudo, sin embargo, es difícil de entender porque simplemente no nos gusta lo que dice. Como lo dijo Mark Twain sarcásticamente, “No son aquellas partes de la Biblia que no entiendo las que me molestan; son las partes que sí entiendo.” Comúnmente no es que la Biblia sea confusa, sino que no somos receptivos.
La Biblia es Suficiente
La Escritura contiene todas las palabras de Dios que necesitamos para poder conocerlo verdaderamente, confiar en él plenamente, obedecerlo perfectamente y disfrútalo abundantemente. Pedro dice que Dios nos ha dado “todo lo que necesitamos para una vida piadosa” a través de los conocimientos disponibles en las Escrituras.36 Asimismo, Pablo dice que la Biblia es tan completa que a través de ella podemos estar “enteramente preparados para toda buena obra”—“enteramente” y “toda,” no “en parte” y “casi toda.”37 No puede ser más amplio que eso.
Mientras que la Biblia puede no decirnos todo lo que queremos saber, sí nos dice todo lo que necesitamos saber. Su verdad no es exhaustiva, pero es suficiente.38 Contiene todo lo que necesitamos saber para ser salvos39 y obedecer a Dios en la fe40—no es de extrañar que tales advertencias tan severas acompañen el agregar o eliminar alguna de sus palabras.41
“El caso es que cada corrupción del cristianismo bíblico comienza por comprometer el principio de suficiencia,” uno de los autores observó. “Cada desviación del cristianismo establecido por Cristo y los apóstoles comienza al agregar o quitar de la Biblia. Cada desviación es la Biblia más algo o menos algo.”42
La Biblia es Poderosa
Puesto que el autor definitivo de la Biblia es Dios, es un libro de poder sin precedentes. Sus palabras son lo suficientemente fuertes como para derretir corazones43 y cambiar vidas.44 El libro de Hebreos dice, “la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.”45
Decir que la Biblia es poderosa es otra manera de decir que es eficaz. El Espíritu Santo lo utiliza para llevar a cabo sus planes.46 El libro es un instrumento de acción de la mano todopoderosa de Dios. “No te contrapongas a la palabra de Dios,” dijo una vez el reformador suizo Ulrich Zwingli. “Tal vez uno puede contenerla por un rato, pero es imposible detenerla.”47
Es importante darse cuenta de que Dios propone su Palabra no sólo para enfrentar a nuestras mentes, sino para cambiar nuestros corazones. Como lo pone una persona, “La Biblia no fue escrita para satisfacer tu curiosidad; fue escrita para transformar tu vida.”48
La Biblia está centrada en Cristo
Contrario a la creencia popular, la Biblia no es simplemente una colección de principios éticos, clichés morales o lecciones abstractas de vida. Es una historia apasionante.
Al final, esa historia no se trata de ti y de mí. Es acerca de Jesús. En Lucas 24, el Salvador resucitado se aparece a dos seguidores en el camino a Emaús. Lucas relata lo que sucedió: Jesús les dijo, “¡Qué torpes son ustedes, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.”49
Más tarde, después de aparecerse a sus once discípulos, Jesús les dice: “‘Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras.”50
Sin embargo, no fue sino hasta justo después de su resurrección que Jesús habló de esta manera. Durante su ministerio terrenal explicó a los “expertos de la Biblia” del día su lugar central en la gran historia: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida....Si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él.”51
Se ha observado con razón que el Antiguo Testamento es “Jesucristo oculto” y el Nuevo Testamento es “Jesucristo revelado.” De principio a fin—desde el Génesis hasta el Apocalipsis—la trama de la Escritura anticipa, proyecta y encuentra su resolución definitiva en el hijo redimido de Dios.52 Y quizás lo más impresionante de esta historia es que el personaje central nos ama de manera recíproca.
La Biblia es Preciosa
La Biblia es el tesoro más valioso en el universo. Es nuestra comida,53 nuestra vida,54 nuestra comodidad,55 nuestra fuerza,56 nuestra guía,57 nuestro deseo,58 nuestra esperanza,59 nuestro amor,60 nuestra alegría61 y nuestro tesoro.62
¿Sabías que incluso los libros de Levítico y Crónicas y Abdías fueron escritos para animarte? Eso es lo que dice la Biblia, de todos modos: “Todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.”63Todo. ¡Qué palabra tan amplia! Pablo llega muy lejos como para afirmar que la totalidad del Antiguo Testamento fue escrito para ti—para enseñarte, animarte, ayudarte a aguantar y a inundar tu corazón con esperanza.64
Y mientras que debemos evitar la “bibliolatría”—atesorar las Escrituras más que a su autor—es sorprendente constatar lo inseparablemente conectado que están la Palabra de Dios con Dios mismo.65 De hecho, abandonarla es abandonarlo a Él.66 No será sino hasta que Jesús regrese y nuestra fe se convierta en vista, debemos vivir en la “era del oído.”67 “Por ahora,” dijo San Agustín, “trata las escrituras de Dios como el rostro de Dios. Derrítete en su presencia.”68 Como lo comentó un gran predicador, “Para mí la Biblia no es Dios, sino que es la voz de Dios, y no la escucho sin asombro.”69
La Biblia es un baúl sin fondo de belleza y maravilla. Se dice ser inspirada, verdadera, autoritaria, clara, suficiente, potente, centrada en Cristo y preciosa. Que Dios nos ayude a tratarla como tal.