¿Dios ofrece Esperanza?

¿Dios ofrece Esperanza?

La esperanza es vital para todas las personas. Pero, ¿dónde podemos encontrar esperanza?

Lo mínimo que puedes hacer en esta vida es descubrir lo que esperas, y lo máximo que puedes hacer es vivir dentro de esa esperanza.Barbara Kingsolver

Hace cinco años, hubiera dicho que ya había descubierto lo que esperaba, y no parecía provenir de Dios. Tenía un gran esposo, un hijo pequeño muy divertido, un recién nacido que arrullar y un hermoso hogar. Estaba segura, me sentía valiosa y feliz.

El mundo—y toda su esperanza—estaban en la punta de mis dedos.

Me adelanto rápidamente unos meses, hasta el día que mi esposo me pidió el divorcio y se fue. Con él se fueron mi seguridad, mi valor y mi felicidad. Miré en estado de shock a mi alrededor; a mi hijo, mi bebé, mi casa, y me sentí totalmente perdida. Estaba insegura, inadecuada y devastada.

El mundo—y toda su esperanza—habían desaparecido.

La Verdad Incómoda

La esperanza no se encontraba en mi marido, y descubrí que tampoco estaba en mí. Ni siquiera estaba en una familia bien intencionada o en amigos que arremetían con enojo por mí. Al principio, encontraba alivio en su capacidad de decir lo que yo no podía. Sin embargo, pronto me percaté que me hundía en su odio. No podía encontrar un punto de apoyo sólido.

Mi crisis me obligó a enfrentar una verdad incómoda: Este mundo ofrece decepciones. Su terreno cambia impredeciblemente. Su esperanza no es fiable. En los meses que seguían esta conciencia dolorosa, un pensamiento emergía una y otra vez, exigiendo una respuesta.

Si este mundo no ofrece esperanza duradera, entonces ¿dónde puede encontrar esperanza?

La Promesa de Esperanza Piadosa

La cuestión de la esperanza es universal; no está limitada a una cultura, ubicación geográfica, religión, género o edad. La esperanza es vital para todos.

La Biblia fue escrita por más de 40 personas, las cuales todas ellas buscaban la respuesta a esta pregunta. Aunque vivían en diferentes culturas y en diferentes épocas, todos ellos descubrieron la misma respuesta. Todos apuntaron a Dios como la fuente de alegría y satisfacción duradera.

A través de toda la Biblia, Dios ofrece sustituir la agonía con paz, el odio con amor y la confusión con claridad. Situaciones difíciles no desaparecerán; algunos días llevarán un enorme dolor. Pero en medio del sufrimiento, él promete algo real, sagrado y sólido sobre lo que construirá una base y sostendrá una vida significativa.

Él ofrece una verdadera esperanza.

De todas las páginas de la Biblia, tal vez no hay otro versículo que resuma mejor la esperanza que Dios ofrece que estas palabras en 2 Corintios 4:16–18: “Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.”

En estos versículos, vemos dos instrucciones claras para una esperanza de vida.

1. No nos Desanimamos

Los dos primeros versos nos dan la instrucción inicial de Dios: No te rindas.

“Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.”1

¿Te sientes cansado? Dios reconoce que te estás “consumiendo” en un mundo lleno de problemas. Él entiende que tu cuerpo sufre en este mundo corrupto. Tu seguridad está amenazada por muerte, divorcio, guerra, enfermedad, pérdida de trabajo, envejecimiento, problemas de dinero y problemas de relación.

Dios promete una renovación diaria de nuestros corazones y mentes. Aunque tus problemas te lastiman externamente, no tienen el poder para destruirte interiormente. Dios ofrece restauración y protección interna. Él tiene el poder de transformar tu espíritu cansado y desgastado, a uno de fuerza y capacidad. De hecho, la Biblia nos dice que por medio de Cristo somos hechos nuevos.2

¿Cuál es tu mayor problema? Con gran compasión, Dios ve tu problema y lo llama “ligero” y “momentáneo.” Estas palabras pueden ser difíciles de entender o de digerir cuando sientas que el mundo entero se está desmoronando. Pero ese es precisamente el punto: El mundo se está desmoronando. Este mundo se está consumiendo lentamente.

Desde la perspectiva de Dios, este mundo y sus problemas no son tan grandes y poderosos como puedes creer. Son temporales. En contraste, tu espíritu interior es fortalecido y hecho duradero a través de él. Ofrece esperanza de que él es más grande y más perdurable que tu mayor problema.

Incluso dice que tus problemas están “logrando” algo para ti. Desde su perspectiva, tu sufrimiento vale la pena si revela la verdad incómoda sobre el estado de este mundo. Tu dolor temporal puede llevarte a descubrir a Dios y su esperanza duradera. Audazmente promete que lo que ofrece en la eternidad supera por mucho hasta tu más grande dolor de cabeza.

2. No nos Fijamos en lo Visible sino en lo Invisible

El tercer versículo proporciona la segunda instrucción: Enfocarse en las cosas invisibles.

“Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.”3

Dios dice que todo lo que vemos a nuestro alrededor es temporal. La esperanza que está basada en nuestros logros, dinero, posesiones o en uno mismo está condenado a ser de corta duración. Eventualmente, cada parte física de este mundo se desmoronará, fallará y decaerá.

Dios te pide que fijes los ojos en cambio en las cosas invisibles que nunca se desvanecen. ¿Qué significa eso? Dios quiere que te concentres en cosas que no están condicionadas por circunstancias mundanas. Él te anima a que veas con determinación más allá de las distracciones mundanas, ansiedades terrenales y satisfacciones fugaces—dinero, sexo, posición, posesiones—a sus promesas de eternas.

Dios dice que cuando lo miras con expectación, él ofrece cosas que son invisibles, inamovibles, infalibles e infinitamente más valiosas que las cosas de este mundo. Promete fe, sanidad, justicia y misericordia. Dios ofrece alegría, libertad, fuerza y perseverancia. Nos da seguridad, paz, propósito, orientación y salvación.

Dios ofrece esperanza.

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  1. La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional (NVI) © 1999, 2 Corintios 4:16–17.
  2. Véase La Santa Biblia, 2 Corintios 5:17 y Efesios 4:20–24.
  3. Ibid., 2 Corintios 4:18. 
  4. Crédito de Foto: Nabi Tang / Stocksy.com.