¿Qué es el Evangelio?

¿Qué es el Evangelio?

¿Qué tienen en común la religión y el Evangelio? Absolutamente nada.

Hay pocas cosas más fundamentales para la fe cristiana que el "evangelio". Pero, ¿qué significa exactamente este término?

Para algunos, se refiere a algo religioso, como en la música gospel. Para otros, evoca los cuatro libros en la Biblia que registran las enseñanzas y la vida de Jesús, los cuales se llaman Evangelios (por ejemplo, "el evangelio según Mateo"). En otros casos, usan el término "la verdad tal como está escrita en el evangelio" para describir una idea de que ellos creen que es la absoluta verdad.

Por último, mucha gente habla de compartir o creer en el evangelio. Este es el sentido más importante en el cual el evangelio forma la esencia de la fe cristiana.

La palabra "evangelio" en sí significa "buenas nuevas". En la literatura romana antigua, el equivalente era el término griego euangelion, que significaba "un anuncio bueno", "buenas nuevas",  o "buenas noticias".  Luego fue traducido al inglés antiguo, y la palabra se volvió gōd ("bueno") + spel ("historia" o "noticias").

Pero, ¿qué es esta buena historia, estas buenas noticias de la fe cristiana? ¿Qué es el evangelio?

El Problema

No es un secreto que el cristianismo nos enseña que nuestro problema principal es el pecado. Tal vez no estás de acuerdo con mucho de lo que hay en la Biblia o de las enseñanzas cristianas, pero es difícil debatir esto.

Todo el mundo es egoísta; todo el mundo vela por sus propios intereses; toda persona mentirá, hará trampas, hablará chisme, incumplirá una promesa, se extralimitará, perderá su compostura y hará una multitud de cosas dañinas de vez en cuando.

Un escritor bíblico comentó que "por cuanto todos hemos pecado y no alcanzamos la gloria de Dios."1

Otro escribió: "Si afirmamos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos."2

El problema del pecado es que nos hiere y hiere a los demás. Pero lo más importante es que el pecado fractura nuestra relación con Dios.

Él nos creó para ser amables, amorosos, generosos y fieles. Cuando somos egoístas, es como si nos rebeláramos contra lo que fuimos creados para ser; y nos estamos rebelando contra nuestro creador.

Así que si somos egoístas por naturaleza—o, usando la palabra bíblica, "pecadores"—entonces, ¿qué debemos hacer al respecto? ¿Cómo cambiamos eso? ¿Cuál es la solución?

Una Solución

Hay dos respuestas que la gente ha adoptado a lo largo de la historia para lidiar con el pecado y el quebrantamiento de sus vidas.

La primera es alcanzar salir de esto. Necesitamos esforzarnos más, superar nuestros defectos y volvernos mejores por medio de la voluntad transparente y la determinación.

En cuanto a Dios, simplemente necesitamos ganarnos su aprobación y amor. Si hacemos suficientes cosas buenas para contrarrestar todas las malas, entonces Dios nos amará.

Dios se convierte en el tanteador cósmico, flotando en el cuarto de su trono sagrado, monitoreando las pantallas de vídeo como el vigilante nocturno de la moralidad. Nos preguntamos "¿cuánto bueno es suficientemente bueno?"3 

Desafortunadamente, la religión propaga este punto de vista con frecuencia. Si hacemos lo correcto, decimos lo correcto, vamos a la iglesia y sorteamos las dificultades religiosas, podemos ganarnos la aprobación de Dios.

Tal como lo escribe Tim Keller: "Tanto la religión (en la que construyes tu identidad en sus logros morales) como la irreligión (en la que construyes tu identidad en otra actividad secular o relación) son, ultimadamente, dos caminos espiritualmente idénticos por tomar. Ambos son "pecado."4

Las Buenas Noticias

Por fortuna, hay otra vía. La Biblia dice que Jesús murió en la cruz por nuestros pecados. Él llevó el peso de nuestros defectos por nosotros. Y luego resucitó del sepulcro para vencer el poder del pecado, el quebrantamiento y la muerte en el mundo.

Esto fue hecho así para que cuando abandonemos nuestros propios esfuerzos—que nunca alcanzamos—y sencillamente aceptemos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, nuestra relación con Dios se restablezca. Y nosotros como Jesús, somos dados una nueva vida para llegar a ser todo lo que Dios nos creó para ser.

La primera "solución" opera bajo el principio de que "hago el bien para ganarme la aceptación y el amor de Dios". Pero la aceptación y el amor no son algo que se gana. Un padre no ama a su hija únicamente porque ella es buena.

Una perspectiva más precisa es: "Soy aceptado y amado por Dios sencillamente porque soy su hijo y por lo que Jesús hizo por mí. El bien que hago nace de la aceptación de esa realidad".

El amor de Dios por cada uno de nosotros es esa buena noticia liberadora y fuente de vida del mensaje del evangelio. El apóstol Juan lo pone de esta forma: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."5

La buena noticia es que Dios nos ama y nos dio a su único hijo. Nuestra respuesta es creer en él y recibir la vida nueva que nos da.

Karma vs. Gracia

Bono, el cantante principal de la banda de rock U2, explicó claramente con énfasis la idea central del evangelio. Él dijo:

En el centro de toda religión está la idea de karma. . . . Y además, esta idea de la Gracia que llega para volcar todo eso… El amor interrumpe, si se desea, las consecuencias de tus acciones, lo cual en mi caso de hecho son buenas noticias, porque he hecho muchas estupideces…

Me encontraría en apuros si el karma llegase a ser mi juez al final. Me hallaría en la [palabrota]. Esto no disculpa mis errores, pero resisto por la Gracia. Mantengo firme que  Jesús llevó mis pecados a la Cruz porque sé quién soy yo, y espero no tener que depender de mi propia religiosidad.

 Me encanta la idea de que Dios diga: Miren, idiotas, hay resultados por la forma en que somos, por el egoísmo, y existe la mortalidad como parte de la naturaleza muy pecadora de ustedes. Admitámoslo: no están llevando una buena vida, ¿o sí? Hay consecuencias por tales acciones.

La cuestión de la muerte de Cristo es que Cristo llevó los pecados del mundo para que lo que hicimos no se nos devolviera, y para que nuestro carácter pecador no coseche la muerte obvia. De eso se trata. Esto nos debería hacer humildes…No son nuestras propias buenas acciones las que nos llevan a la puerta del Cielo.6

Sublime Gracia 

Este concepto es realmente asombroso; es "sublime gracia", amor sublime. Parece demasiado bueno para ser verdad, por esta razón a mucha gente le cuesta creerlo. Pero según Jesús, es cierto.

El escritor bíblico Pablo lo resumió de esta forma: "Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios;  no por obras, para que nadie se gloríe."7

Y eso, de hecho, son buenas nuevas. 

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  1. The Holy Bible, New International Version © 2011, Romanos 3:23.
  2. Ibíd., 1 Juan 1:8.
  3. Vea Andy Stanley, How Good Is Good Enough? (Sisters, OR: Multnomah, 2003).
  4. Tim Keller, The Reason for God: Belief in an Age of Skepticism (New York: Dutton, 2008), 177.
  5. The Holy Bible, Juan 3:16.
  6. Bono y Michka Assayas, Bono: In Conversation with Michka Assayas (New York: Riverhead Books, 2005).
  7. The Holy Bible, Efesios 2:8–9.
  8. Crédito de Foto: nayneung1 / Shutterstock.com.