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¿Tiene la vida un propósito?

Idea Central: Para que nuestras vidas tengan un verdadero propósito, debemos mirar a una fuente que sea personal y a la vez trascendente.

Mensaje para hoy:

Todos hacemos planes todos los días. Algunos son a corto plazo, como la planeación para ir al trabajo o hacer una lista de compras. Otros son más a largo plazo, como decidir qué carrera seguir o con quién casarse. La planificación es una de las cosas que nos hacen únicos como seres humanos. No nos limitamos a operar de acuerdo a los instintos animales o las leyes mecánicas de la naturaleza, nos fijamos metas y trabajamos hacia ellas.

Pero hay momentos en los que anhelamos un mayor propósito—uno que va más allá del nivel de las preferencias personales o de la mera opinión. Nuestros planes individuales pueden ir y venir, pero queremos saber que la vida sí tiene un propósito y se dirige hacia algún lugar significativo. En otras palabras, deseamos un propósito más elevado.

El cristianismo enseña que la vida ciertamente tiene tal propósito. En la concepción cristiana, Dios creó el universo y todo en él, con el objetivo de demostrar su gloria y amor hacia su creación. Nosotros, como seres humanos somos el pináculo de la creación de Dios, y él nos ha dado la responsabilidad de reflejar su gloria en el mundo. Ese es nuestro propósito final—el que da significado sustancial a cada una de nuestras vidas.

 

Considera esto:

  • En tu mente, ¿qué daría un significado sustancial a tu vida? ¿Qué acciones o logros?
  • Si no hay un propósito mayor que el de la autorrealización y logro, ¿sería eso satisfactorio para ti? ¿Qué sería más satisfactorio?

Toma acción:  

Reflexiona sobre las ocasiones en tu vida cuando te has sentido más satisfecho, cuando un sentimiento de satisfacción y alegría—lleno de propósito—era más claro y se quedó contigo durante varias semanas en lugar de apagarse después de varios días. ¿Qué caracteriza esos momentos para ti?